El anuncio de su fichaje por el PSV tras abandonar el PSG no ha hecho más que despertar un aluvión de críticas (con tildes de ataques) en torno a la figura de Xavi Simons. Los hay que sostienen que su llegada al club neerlandés demuestra que es definitivamente un juguete roto, que ha fracasado y que está acabado. Con 19 años que tiene.
Claro está que su pasado como niño prodigio y ser señalado como futura estrella de forma excesivamente precoz no ayuda. Simons creció en el Barça con las expectativas por las nubes, y acabó saliendo al PSG con un contrato que, en lo económico, llegó antes de lo debido. Pero todo esto no está reñido con que esté a tiempo de relanzar su carrera. Por supuesto que no. Con 19 años la misma no ha hecho más que empezar. Solo el tiempo dirá hasta donde llega.
De hecho, llegar al PSV no se antoja un mal negocio sobre el papel. La Eredivisie no es una de las cinco grandes ligas europeas, pero sí un campeonato en el que se apuesta bastante por un tipo de fútbol que a priori favorece que brillen centrocampistas con características y particularidades como Simons. Además, el PSV es un equipo puntero y a la vez participante en competiciones europeos. Con 19 años que tiene, mejor ser importante en un equipo así que pasarse horas chupando banquillo en un gigante de Europa.
Xavi Simons no ha hecho nada todavía en el mundo del fútbol, pero todavía es muy joven. El tiempo es el único que da y quita razones, pero dar por acabado a un futbolista con 19 años por el simple de no estar en una de las grandes ligas europeas se antoja, cuanto menos, arriesgado.