Joaquín
Caparrós
, el míster, al que le hierve la sangre rojiblanca, está en una de esas semanas que ama profundamente. Dos de sus equipos se miden en una final y él está en el banquillo del conjunto hispalense. Las cajas de chicles van a ser pocas para un entrenador de raza que vive los partidos, todos los partidos, desde el corazón y con toda su alma.
Joaquín no va a hablar con ningún medio de comunicación antes del choque del Pizjuán. Sabe que somos demasiados periodistas y después de haber hecho público su problema físico, las entrevistas pueden transcurrir por demasiados derroteros que no siempre tienen que ver con el aspecto meramente deportivo. Lo que sí tengo absolutamente claro es que el utrerano tiene una mezcla de sentimientos que difícilmente le va a dejar satisfecho al término del partido. Bueno, una posibilidad sí que hay.
Desde estás páginas de Mundo Deportivo quiero mostrar mi admiración hacia Caparrós. Gran amigo, fútbol cien por cien y Athletic hasta las cachas. Míster sigue dando guerra, mucha guerra, que nos hiciste felices armando un equipo grande y aquí se te agradece.
Jokin
, te veo este sábado en el Pizjuán y espero darte un gran abrazo.
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