Y en medio de la tormenta…¡récord de beneficios empresariales en España!


Nunca en la historia las compañías cotizadas en la Bolsa española habían ganado tanto dinero como el pasado año: 64.021 millones de euros. Los primeros ejecutivos han sacado pecho ante semejantes números. “Aumentan con fuerza los ingresos en todos los negocios”, destacó Ana Botín, presidenta del Santander; “Ha sido un año extraordinario”, subrayó Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol; “Seguimos mejorando nuestra posición competitiva en los principales mercados”, enfatizó el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.

La cosecha de resultados adquiere una dimensión aún más espectacular si se analiza de dónde venían las más de 120 empresas escrutadas. Exactamente, de un agujero negro que las llevó a perder 9.389 millones un año antes. ¿Cómo ha sido posible esta resurrección de las ganancias en un ejercicio como el de 2021 donde la pandemia estuvo aún muy presente, la crisis energética despertó la inflación y se produjeron cuellos de botella en las cadenas de suministro que ralentizaron el comercio mundial? Mayores ventas, control de costes y partidas extraordinarias responden a este aparente contrasentido.

Los ingresos son el corazón sin el cual una cuenta de resultados colapsa. Y esta vez el bombeo sanguíneo funcionó con gran precisión. Tras el parón que trajo la covid-19 en 2020, la reactivación económica fue abriéndose paso —la economía española creció un 5% el pasado año y el PIB mundial repuntó cerca del 6%— y esa mejoría en la actividad se trasladó a las ventas de las empresas. En concreto, las cotizadas españolas facturaron en 2021 por valor de 589.296 millones de euros. Se trata de un incremento interanual del 13,8%.

Uno de los ejemplos más evidentes de la vuelta a cierta normalidad económica es ArcelorMittal. El gigante siderúrgico generó ingresos por valor de 67.761 millones de euros, un 43% más, gracias a la mayor demanda mundial de acero. ArcelorMittal, que tiene sede en Luxemburgo pero que cotiza en la Bolsa española y forma parte del Ibex 35, también fue líder en beneficios con 13.225 millones, frente a las pérdidas de 625 millones de un año antes.

Otra buena prueba del algodón para comprobar la marcha del negocio es el resultado de explotación. Esta partida viene a destilar el jugo más puro de los resultados, al descontar a las ventas los gastos corrientes (sin contar impuestos, intereses o amortizaciones). Como las compañías habían aplicado políticas de guerra —consistentes en planes estrictos de control de costes— para sortear el shock que provocó el coronavirus, la mejora de los ingresos ha tenido una traslación aún más significativa a la parte media y baja de las cuentas de resultados. Es decir, por cada euro que se ingresó, el margen fue mayor. En concreto, el resultado de explotación agregado de las cotizadas en 2021 fue de 88.685 millones, un 197% más que un año antes. Cie Automotive es un ejemplo: sus ventas crecieron un 13,4%, pero sus cifras operativas mejoraron un 42% gracias al “esfuerzo titánico” de la plantilla, según palabras de su consejero delegado, Jesús María Herrera. El fabricante de componentes para automóviles tuvo que hacer frente a un ejercicio donde sus clientes fabricaron ocho millones de coches menos que los inicialmente previstos.

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Junto a la recuperación de las ventas y las medidas de austeridad, el tercer factor que ha impulsado los beneficios fueron los resultados extraordinarios que se han apuntado numerosas compañías españolas cotizadas. Un claro ejemplo es Telefónica. La operadora ganó 8.137 millones, un 414% más, gracias a las plusvalías provenientes del cierre de la fusión de O2 y Virgin Media en el Reino Unido, de la venta de las torres de Telxius y de las desinversiones en Costa Rica y El Salvador. Los atípicos también explican en gran medida el salto dado por ACS. La compañía que preside Florentino Pérez se apuntó un beneficio neto de 3.035 millones, cinco veces más que en 2020, gracias a la venta de Cobra, su filial de servicios industriales, al gigante francés Vinci.

La mejoría de los beneficios ha sido generalizada entre todas las empresas del mercado continuo. Las grandes cotizadas, aquellas que integran el Ibex 35, ganaron de forma conjunta 54.910 millones de euros frente a las pérdidas de 9.450 millones en 2020. Por su parte, las corporaciones que no forman parte del índice selectivo registraron un resultado neto de 9.111 millones de euros —aquí se incluyen las cuentas de Airbus, que, aunque tiene sede en la localidad neerlandesa de Leiden, sus acciones también cotizan en España— en comparación con los 60,5 millones de beneficios de un año antes.

Dos velocidades

Como ya ocurriese en 2020 con el inicio de la pandemia, el pasado año los negocios locales funcionaron mejor que las filiales en el extranjero. La cifra de negocio registrada por las empresas del Ibex en España (sin contar a ArcelorMittal, que no desglosa los datos, ni a Inditex, que no ha comunicado aún sus cuentas) sumó 128.107 millones, con un crecimiento del 17,13%. Por su parte, la facturación exterior solo creció un 9,4%, totalizando 237.877 millones. La internacionalización de las grandes cotizadas desde principios de siglo fue incrementando año a año el peso de la facturación internacional en las cuentas de resultados, pero en los dos últimos ejercicios esa ponderación se ha reducido ligeramente. A 31 de diciembre pasado, las ventas nacionales equivalían al 35% del total (en 2020 eran el 33,47%), mientras que los ingresos foráneos suponían el 65% (66,53% hace un año).

La importante mejora de los beneficios no se ha traducido en un mayor reclutamiento de personal por parte de las empresas. Al cierre del pasado ejercicio, las compañías del Ibex (sin contar a ArcelorMittal ni Inditex) daban empleo a 1,02 millones de personas, apenas 106 trabajadores más que un año antes. Los empleados de las grandes cotizadas siguen siendo principalmente hombres (suponen el 55,45% del total, mientras que el peso de las mujeres se queda en el 44,55%).

ArcelorMittal es la empresa que más dinero ganó en 2021. En la imagen, una de sus plantas de acero en Bremen (Alemania).Sina Schuldt

Desde un punto de vista sectorial, el gran protagonista de esta temporada de resultados ha sido la industria bancaria. Las entidades incluidas en el Ibex 35 ganaron de forma conjunta 19.732 millones de euros, cuando un año antes perdieron 5.789 millones. Esta recuperación de las cuentas, sin embargo, tiene letra pequeña, ya que se deben en gran medida a los extraordinarios aflorados por los bancos en operaciones de integración (Caixabank) y, especialmente, a un descenso de las provisiones a las que tuvieron que hacer frente, recogiendo los frutos del intenso saneamiento realizado en 2020. Sin embargo, la partida más recurrente de las cuentas bancarias, el margen de intermediación, registra un descenso superior al 2%, acelerando la caída registrada el año anterior.

Otro sector que recogió una buena cosecha de beneficios en 2021 fue el energético, aupado por el repunte del precio de las materias primas. Repsol, por ejemplo, volvió a beneficios (2.499 millones) después de las pérdidas (3.289 millones) del ejercicio anterior. El mejor resultado neto en una década de la petrolera estuvo impulsado por la subida del precio del crudo. También logró dejar atrás los números rojos Naturgy, que se apuntó una ganancia de 1.214 millones gracias a la fuerte apreciación del gas natural.

La incógnita de la guerra

El turismo es una de las actividades que más están tardando en recuperarse de la pandemia. 2020 fue un año perdido y 2021, que empezaba con mejores perspectivas, fue desinflándose a medida que las nuevas variantes de la covid fueron contagiando a la población. En este contexto, aquellas compañías ligadas al ocio (aerolíneas, hoteleras) lograron reconducir en parte el agujero sufrido hace dos años, pero no acaban de recuperar los niveles previos a la pandemia y muchas siguen en pérdidas. Es el caso de IAG, Amadeus, Meliá, NH Hoteles o Aena.

Durante la presentación de las cuentas de 2021, los directivos de las compañías también avanzaron las sensaciones sobre la marcha de sus negocios en el presente ejercicio. Y el tono generalizado fue de optimismo. “Afrontamos el ejercicio 2022 con una gran demanda para todos nuestros negocios, sustentada en la recuperación económica esperada en las principales geografías donde operamos”, avanzaron los consejeros delegados de Indra, Cristina Ruiz e Ignacio Mataix. Una visión compartida por Bernardo Velázquez, consejero delegado de Acerinox: “La buena perspectiva de la demanda, la menor presión de las importaciones en los principales mercados como consecuencia de los altos costes del transporte marítimo y las medidas de defensa comercial; los bajos niveles de inventarios y la mejora de los precios nos permiten ser optimistas con vistas a la primera mitad del ejercicio 2022″.

El plazo para presentar las cuentas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) terminó el pasado lunes 28 de febrero. Y muchas de estas declaraciones se produjeron días antes de que cientos de tanques rusos invadieran Ucrania. Tras la pandemia, las compañías deberán lidiar ahora con otro cisne negro. Las consecuencias de la escalada bélica son impredecibles, pero lo que parece claro es que las cotizadas españolas tendrán difícil reeditar otro año tan bueno de resultados como fue 2021.

La ‘fiesta’ vuelve a las plantas nobles

Poco ha durado el propósito de solidaridad que muchos altos directivos del Ibex hicieron público al estallar la pandemia en forma de renuncia a sus bonus. El año 2021 trajo de nuevo la alegría salarial a las plantas nobles de las empresas. Si se observa el balance agregado, el resultado es una caída de los sueldos de los consejos de administración del Ibex al pasar de 286 millones a 266 millones, un 7,2% menos. Sin embargo, si a esta suma se le quita el efecto distorsionador de Acciona —en 2020 sus dos consejeros ejecutivos tuvieron un pago extraordinario al recibir la mayoría de las acciones de una bodega familiar de los Entrecanales—, el balance salarial de las compañías del índice selectivo arroja un crecimiento del 12%. En el caso de la alta dirección, hubo más moderación en sus paquetes retributivos. Estos totalizaron 363 millones en 2021, un 0,3% menos que un año antes.

El crecimiento de la masa salarial de los consejos de administración fue especialmente notable en algunas de las mayores compañías cotizadas. Los administradores de Telefónica, por ejemplo, recibieron de forma conjunta 19,42 millones, un 48,8% más; la nómina del consejo del Santander creció un 38,9%, hasta los 26,48 millones; y los consejeros de Iberdrola sumaron 21,39 millones, casi un 8% más que en 2020.

En el plano individual, el mejor pagado del Ibex —a la espera de conocer la remuneración de Pablo Isla en Inditex— fue el presidente de Iberdrola. Ignacio Sánchez Galán recibió 13,2 millones de euros, un 8,2% más. El segundo puesto en la clasificación salarial fue para Ana Botín, presidenta del Banco Santander, que recibió por todos los conceptos 12,3 millones, un 59% más. Le sigue su número dos en la entidad, José Antonio Álvarez, con 9,7 millones. El cuarto lugar en el escalafón fue para el consejero delegado de Cie Automotive, Jesús María Herrera, quien incrementó su masa salarial en un 163%, hasta los 9,5 millones de euros, gracias al cobro de una paga variable en acciones valorada en 5,9 millones. El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, cobró 8,89 millones.

Ligera rebaja del endeudamiento

Los mercados financieros empiezan a descontar posibles retrasos en la subida de tipos de interés anunciada por los bancos centrales, sobre todo en el caso del Banco Central Europeo (BCE), por la incertidumbre económica que genera la invasión de Ucrania. Sea más tarde o más temprano, lo cierto es que el encarecimiento del dinero coge a la mayoría de los grupos cotizados con los deberes hechos. Muchas compañías se han concentrado en el adelgazamiento de sus balances durante los últimos años. Y 2021 no fue una excepción para esta tendencia. Al cierre del pasado ejercicio, la deuda financiera neta de las compañías del Ibex (sin incluir a los bancos) sumaba 179.656 millones de euros, un 0,65% menos que un año antes.

Telefónica ha hecho de la reducción de sus compromisos una prioridad y un año más lidera la clasificación de las compañías que más deuda han reducido. En concreto, la operadora recortó en 9.196 millones su endeudamiento gracias en buena medida a las desinversiones realizadas, y cerró el año debiendo 26.032 millones. Los extraordinarios también fueron claves para la revolución del balance de ACS. La constructora pasó de una deuda de 1.820 millones a tener una caja neta valorada en más de 2.000 millones. Otro ejercicio de austeridad destacado fue el de ArcelorMittal: la recuperación de su flujo de caja lo ayudó a reducir su apalancamiento en 3.000 millones.

En el Ibex también hubo ejemplos de subidas notables del endeudamiento. El caso más destacado fue el de Cellnex, que multiplicó por 2,2 veces sus compromisos. Iberdrola fue otro ejemplo de incremento de la deuda (3.435 millones más) en 2021. La eléctrica es la que más debe en términos absolutos: 39.360 millones.

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