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Y Russell Westbrook le dio por fin una alegría a los Lakers

Y Russell Westbrook le dio por fin una alegría a los Lakers

El mundo al revés para ponerlo todo en su sitio. El denostado, frustrado y hasta ‘repudiado’ por la multitud Russell Westbrook enfervorizó a las tanto eufóricas como incrédulas masas del Crypto Arena para devolver a Los Ángeles Lakers al que no hace tanto era su estado natural: la victoria. La primera, la esperada. La fuerza atómica de ‘Russ’ para tumbar a los Denver Nuggets del gigante inteligente, Nikola Jokic (121-110), que llegaron a tener rentas de casi 10 puntos en el primero y el tercer cuarto. El base, como una aparición divina, instigó irrumpiendo desde el banquillo la remontada a partir del segundo cuarto de los de púrpura y oro aportando 18 puntos, 8 asistencias y 8 rebotes. Incluso un tapón de los que duelen para hacerse notar más. Y sí, también por fin con una buena serie de tiro (6/12). 

LeBron James, con sus sanos hábitos de siempre -26 puntos, 10/22 en TC, 8 asistencias y 6 rebotes-, y su fiel escudero de siempre, Anthony Davis -23 tantos con 10/18 en TC, 15 rebotes y 2 asistencias-, sumaron más en anotación que Westbrook. Pero ‘Russ’ fue el que tuvo el mejor más-menos del equipo con un +18. Nada se le puede reprochar al cuestionado base ni tampoco a ‘los demás’. Todo fluyó en los Lakers, ya que Lonnie Walker IV se confirmó como la esperada sorpresa agradable del equipo con 18 puntos y Austin Reaves también sumó como suplente con 10 tantos. Pero todo, todo. También los triples: un extraordinario 43% ante el preocupante 26,7% de promedio de la temporada. 

Y, no menos importante, lo que había funcionado como un reloj hasta ahora, la defensa, lo bordó. Y eso también les permitió correr, algo que, en ausencia de talento, necesitan como el comer. Porque, nunca un momento tan oportuno para reconocerlo, de la misma manera hay que decir que los Lakers son el peor ataque de la NBA -un rating ofensivo de 96,2, el único por debajo de 100-, también son la segunda mejor defensa con un rating de 103,8, sólo superada por los Bucks. En tiempos de miseria hay que ir al barro. 

El conjunto angelino, con disciplina y poniéndole atención a toda las alternativas tácticas que proporciona un ‘pívot-base’ como Nikola Jokic, limitó la producción y la creación del serbio, que acabó con 23 puntos pero sólo 3 entre el segundo y el tercer cuarto (8/16 en TC y 1/6 en triples), 14 rebotes, 6 asistencias y, revelador, un más-menos de 0. Menos que otros compañeros como Jamal Murray (21 puntos y +13), Michael Porter (17 tantos y un +10 a pesar de su 5/15 en lanzamientos) y Aaron Gordon (18 puntos y un +17). En el triunfo del miércoles de Denver, Jokic dejó 31 tantos, 13 rebotes y 9 asistencias. Perfectos los de Ham corrigiendo. 

Los Lakers, sin haber jugado, ya empezaban la jornada en evidencia, con la etiqueta de ser el único equipo que no había ganado en toda la NBA, con la deshonra de que, por primera vez, la peor franquicia de la liga era la de LeBron. Con también la carga de haber igualado el peor inicio en 60 años. Lo cierto es que no se adivinaba final feliz en el primer cuarto (24-30). Jokic, en el único parcial en el que se pudo expresar libremente, fue el que dispuso todo con 11 puntos y 3 asistencias. Marchaba todo el sistema que tiene montado Michael Malone entorno al serbio, con los mano a mano y los cortes de los Nuggets por la línea de fondo zarandeando a unos Lakers en los que Anthony Davis, apasionante su duelo con el MVP bajo los aros, se encontraba demasiado solo (11 tantos). 

Y el habitual estorbo resultó ser la inesperada mecha. Russell Westbrook, en el parqué desde finales del primer cuarto, confirmó que, quizá, su nueva vida -la de empezar desde banco-, puede ser la que le haga renacer. 18 tantos también en el anterior partido desde su nuevo sitio en la oficina, ‘Russ’ lució motivado -aunque nunca lo ha dejado de estar-, potente, veloz, clarividente. Hasta acertado en el tiro para poner a los de púrpura y oro por delante al descanso (55-51). Todo en uno. Quizás, Darvin Ham ha logrado, por fin, ordenar su juego.   

A falta de lanzamiento -sea que ya lo ha perdido, sea ‘amnesia temporal’-, Westbrook sigue conservando ese devastador primer paso para penetrar y finalizar en la pintura. Si se centra en eso y los Lakers le ofrecen también el espacio adecuado, repuntará su decaída anotación y nutrirá de muchas asistencias al equipo con su poder de atracción. Pero ‘Russ’ también supo seleccionar los triples (2/4), dar velocidad a la circulación, encontrar al compañero liberado cuando no penetró, cortar cuando los Nuggets, desordenados en ataque sin Jokic, decidieron ponerse en zona en defensa en un momento del segundo cuarto. Y recordatorio en favor del equipo: los Lakers se pusieron por delante sin LeBron. 

Nikola Jokic, borrado

Empezó el tercer cuarto y siguió el suplicio para Jokic. El equipo de Darvin Ham mejoró la comunicación cerca de su aro y renunció a cambiar de marca en los mano a mano del balcánico -eso dejaba solo a Davis con un ‘pequeño’ en el perímetro-, con un excepcional Austin Reaves deslizándose para pasar los bloqueos. Anthony Davis, sacando su músculo de defensor, le hizo la vida imposible a Jokic, que recibía doble marca cuando se quedaba con un ‘pequeño’. Todo cuidado al detalle, los Lakers también evitaron las situaciones de ‘pick and pop’ para impedir los triples del serbio en acciones de bloqueo. 

La contradicción es que, a falta de poco más de 4 minutos para el final, los Nuggets ganaban de ocho (80-72) fruto de hasta ocho triples en este cuarto. Tiros, en cualquier caso, más fruto del talento que del juego en equipo, casi punteados todos ellos. La calidad y la puntería de Gordon, Caldwell-Pope y Murray lograba camuflar las carencias de equipo y la ausencia de Jokic. LeBron, generando tiros y asistencias desde el poste, sostuvo a los Lakers y  un fulgurante parcial de 17-2 en los tres últimos minutos con 10 puntos seguidos de Walker -ojo también sin ‘The King-, acercó al final del tercer parcial (93-85) un triunfo que los de púrpura y oro confirmaron en los últimos 12 minutos. 

Una victoria para los Lakers y un doble triunfo para Ham. De su defensa, de su momento exitosa reconducción del ‘caso Westbrook’. Una alegría para la franquicia angelina entre tanta pena, porque no hay que olvidar, que aunque de manera compartida junto a Nets y Magic, con 1-5, y sólo por detrás de los Rockets (1-6), son los segundos peores de la NBA. Pero las penas compartidas son menos penas. Sobre todo, si uno de sus responsables cambia o da esperanzadores indicios de cambio. Por algo se empieza. 




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