“¿Alguna vez has visto a alguien que no quiera jugar con el MVP?”, lanza Reggie Miller, comentarista y exjugador en una tertulia de NBA TV. “¿Cómo puede alguien dejar pasar la oportunidad de jugar junto al MVP reinante?”, incide. Es una pregunta lícita que remueve todavía más el culebrón desatado este verano por James Harden. La estrella de los Philadelphia 76ers, que el curso pasado fue un elemento clave de la campaña del primer MVP de Joel Embiid.
La relación de La Barba con la directiva de la franquicia está rota. En concreto, el jugador acusa al presidente de operaciones de baloncesto Daryl Morey, uno de sus grandes valedores estos últimos años, de “mentiroso”. Por ello, dice que no piensa compartir equipo con él en el futuro.
Esta situación de inestabilidad vuelve a ser un golpe duro para las aspiraciones de un grupo que lleva varios años ilusionándose con el anillo y recibiendo auténticos mazazos cuando llega el momento de arremangarse y ganar en los playoffs. Para Embiid, MVP y referente indiscutible de la franquicia en esta era, el asunto resulta de bien seguro desesperante. Cumplirá 30 años en breves y sabe que en sus ya de por sí delicadas piernas no le quedan muchos años al demoledor nivel que luce ahora.
Según Vincent Goodwill, de Yahoo Sports, varias fuentes cercanas al asunto y a la competición creen que Morey no solo está deseando partir peras con Harden, sino que incluso se plantea la idoneidad sobre la continuidad del MVP. El sueño del ejecutivo es empezar de cero, reconstruir un proyecto que lleva años quedándose corto, aunque sea por apenas un suspiro. “Muchos alrededor de la liga creen que Embiid va a preguntar por su salida más pronto que tarde”, escribe este insider.
El problema que enfrentan los Sixers tiene dos vertientes imposibles. Si Harden regresa descontento y contra su voluntad a jugar con ellos, será una distracción notable como no hace demasiado lo fue Ben Simmons. Si finalmente es traspasado, como teme Morey, el retorno esperado del acuerdo probablemente dejará a Philly en peor situación en cuanto a potencial para ganar el campeonato.
En la misma línea se ha pronunciado Kevin McHale, que en su día entrenó a Harden en Houston cuando Morey era GM de la franquicia. No terminó muy bien la historia. “Me sabe muy mal por Joel Embiid. Este tipo viene de ser MVP, pero si tu equipo se fractura arriba no tienes opción de ganar. Es difícil ganar cuando estás muy unido, y muy difícil ganar cuatro series al mejor de siete. Esto es cuando todos reman en la misma dirección”, opina en declaraciones recogidas por Heavy Sports.
Desde la temporada 2017-2018, los Sixers han topado con un techo de cristal en los playoffs. Han perdido cinco semifinales de la Conferencia Este y una primera ronda con Embiid como principal arma ofensiva. Un nuevo desplome esta temporada puede agotar la paciencia del camerunés, que nunca ha escondido su decepción por no ser capaz de luchar todavía por el anillo ni alcanzar unas Finales de la NBA.
Con el culebrón de Harden de por medio, se hace difícil pensar que esta temporada acabará con final feliz para los 76ers y su líder.