Kieran Trippier era el único representante del Atlético de Madrid en la final de la Eurocopa disputada el domingo en Wembley entre Inglaterra e Italia. El futbolista colchonero fue la sorpresa en el once de Southgate, que decidió formar con tres centrales y cinco carrileros para medirse al cuadro transalpino.
El inicio de encuentro para el inglés y su selección no pudo ser mejor, pues a los dos minutos de juego, Trippier se internó por la banda derecha y puso un servicio de oro a Shaw para que el jugador del Manchester United adelantara a los británicos.
El futbolista rojiblanco encontró una autopista por su carril en esa primera mitad, con Emerson desbordado. Llegó en varias ocasiones a línea de fondo, llevando peligro, y fue el encargado de sacar los córners. Pero a partir del minuto 40 aproximadamente, el partido cambió.
Italia se hizo con el mando del encuentro e Inglaterra, con ventaja en el marcador, optó por resguardarse en defensa. Así, la función de Trippier también varió, pasando a tener que ocuparse más de esta labor en lugar de sumarse al ataque con tanta asiduidad.
En el minuto 67 Italia logró empatar la contienda y tres minutos después, Southgate decidió retirar a Trippier para dar entrada al joven Saka, que se encargó de ocupar ese carril el resto del choque.
Italia acabó ganando la Eurocopa en los penaltis, y Trippier se quedó sin doblete. El inglés no pudo conquistar el torneo de selecciones tras proclamarse campeón de Liga con el Atlético hace menos de dos meses. Ahora, el futbolista dará comienzo a sus vacaciones pendiente de su futuro, pues el Manchester United no se ha olvidado de él. Eso sí, desde el Metropolitano ya han dejado claro que no regalarán al defensa, y que su precio es de 40 millones de euros.
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