Ya son cuatro los entrenadores sancionados de por vida. Ese es el resultado de una investigación independiente de 14 meses sobre abuso emocional y acoso sexual en la liga femenina de fútbol estadounidense (NWSL) y que fue encargada por la Federación de Fútbol de Estados Unidos.
La investigación se ha llevado a cabo a raíz de los escándalos en la liga femenina estadounidense. Fue después de que Sinead Farrelly y Mana Shim, exjugadoras de la liga, presentaran denuncias de acoso y coerción sexual al principio de sus carreras bajo el mando del entrenador Paul Riley, que se conocieron los problemas de la liga. Riley negó las acusaciones, pero fue despedido por su club, el North Carolina Courage, y la comisionada de la liga, Lisa Baird, renunció.
Pero los problemas eran generalizados y antes del final de esa temporada, cinco de cada diez entrenadores de la NWSL habían renunciado o habían sido despedidos tras las denuncias. La investigación resultó en la suspensión de por vida de cuatro entrenadores: Riley, Christy Holly, Rory Dames y Richie Burke. Otras siete personas también se enfrentan a suspensiones o deben admitir haber actuado mal y aceptar la responsabilidad por el comportamiento inapropiado antes de que puedan ser empleados nuevamente por la NWSL.
La NWSL escribe en su sitio web que la organización de su liga recibe una multa de al menos 1 millón de dólares (más de 1 millón de euros) y debe someterse a una revisión exhaustiva del negocio.