El capitán de la SD Ponferradina, Yuri de Souza, que se convirtió en la derrota ante el CD Leganés (2-1) en el jugador con más partidos con la Ponferradina, insiste en la entrevista a EFE que por su cabeza nunca ha pasado, ni pasa, la retirada.
“Nunca pensé en la retirada y ahora tampoco“, declaró el jugador brasileño que el pasado verano cumplía 40 años, con más de dos décadas en el fútbol profesional entre Portugal, España y un breve periplo en China, de las cuales va camino de cumplir catorce campañas con los blanquiazules.
De hecho la mágica cifra de los 500 partidos con la Deportiva ya la otea en el horizonte para lo cual necesitaría renovar su vinculación al finalizar la presente temporada, algo que hizo, por dos años, en la última ocasión.
Los datos, respaldados por la actual tecnología, corroboran que el capitán deportivista es uno de los jugadores de la plantilla que más distancia recorre en los encuentros, a lo que une su indiscutible voracidad goleadora que le siguen convirtiendo, una temporada más, en una de las principales amenazas para los rivales.
Incluso el “mago de Maceio” no vincula su futuro a la categoría en la que milite el conjunto berciano la próxima temporada porque estará “hasta el final en el club para ayudar en lo que pueda, aunque, lógicamente, querría que fuera, al menos, en Segunda División“.
Durante los días posteriores a la consecución del único logro que le quedaba en la historia deportivista, después de convertirse en su máximo goleador en los más de cien años, recibió multitud de mensajes de reconocimiento y cariño.
De ellos se queda con alguno especial como el del centrocampista Jonathan Ruiz, también santo y seña de la SD Ponferradina y que apura sus últimos coletazos en el fútbol en su tierra, como también el de Eduardo Fernández, al que destronó del dato estadístico de número de partidos disputados.
“Es un orgullo que me dijera que le hacía mucha ilusión que fuera yo el que pasara a ocupar ahora su lugar”, señala el actual capitán con respecto al exfutbolista de los años 70, 80 y comienzos de los 90, que ahora desempeña las labores de embajador de la entidad.
Nunca ha escondido su devoción por su compatriota Ronaldo Nazario, ni tampoco con el otro Ronaldo, Cristiano, del que valora su profesionalidad, pero su principal referencia siempre han sido sus progenitores que le inculcaron como valores “el respeto y humildad”.
También tiene como espejo en el que mirarse y emular al bético Joaquín que, como él, sigue dilatando su trayectoria.
Yuri de momento tiene mentalidad “exclusivamente de futbolista”, sabe que continuará ligado a la Deportiva en un futuro, pero sin tener decidido en qué funciones, porque aunque ahora no se vea como entrenador, le gustaría estar cerca de los jugadores.
El veterano delantero no duda en reconocer que nunca hubiera imaginado una trayectoria tan extensa en el mismo equipo desde que llegara en 2009 procedente del Pontevedra, club que le abrió las puertas del fútbol español -cediéndolo una temporada al UD Las Palmas-, tras pasar por diferentes equipos portugueses.
Su única interrupción en esta unión fructífera por ambas partes -club y jugador- llegó en el mercado invernal de la campaña 2015-16 cuando decidió probar la experiencia en el fútbol chino, de la que no se arrepiente, aunque reconozca que sintiera “algo de culpa” tras culminar al final el último descenso berciano.
A pesar de la difícil situación actual, después de dos campañas brillantes, el capitán no encuentra paralelismos con aquel momento que acabó conduciendo a la desaparecida Segunda División B porque, añade, “queda mucha Liga y la situación es reconducible y seguro que el equipo va a ir a más“.
De hecho, sigue anteponiendo, como un mantra ya habitual que la Deportiva ha de caracterizarse por el “trabajo y la humildad, como señas de identidad indiscutibles y por eso nadie puede pensar que los jugadores lo hayan perdido, sino que tenemos los pies en el suelo“.
Después de tantos años de fútbol la pregunta recurrente en torno al brasileño siempre ha sido la misma, el porqué no llegó a jugar en Primera División y él contesta sin complejos: “Quizá cuando hubo la oportunidad no tenía la cabeza ni la experiencia de vida que tengo ahora y por eso elegí lo mejor, quedarme en mi casa“.