El primer gol de Joseba
Zaldua como profesional de la Real está rodeado de historias. Fue un momento que se le quedará grabado por varias razones. Nunca había conseguido hacerlo, fue su primera ocasión. Ni en sus mejores sueños lo podía haber imaginado: en casa, o sea, delante de su gente, y contra el Real Madrid. Es complicado que exista un escenario más ideal para que un canterano se estrene, porque encima fue un lance decisivo para obtener una victoria de prestigio.
Zaldua sólo había visto puerta en Primera con el Leganés, donde estuvo cedido la temporada pasada. En la Real nunca lo había logrado en la máxima categoría. Tampoco es que, hasta el momento, haya gozado de oportunidades demasiado claras para ello.
La jugada que significó la remontada no era, precisamente, una con marchamo de gol. El centro de Rubén
Pardo desde el costado izquierdo se dirigía a ninguna parte. No era lo que parecía. Un balón de dudoso destino que alimentará los debates sin que nadie se ponga de acuerdo. Porque cuando hay opinión de por medio, no hay VAR ni órgano objetivo que posea la verdad absoluta.
En este punto, las posturas se repartirán de la siguiente manera: para algunos Marcelo primero y Courtois después fallaron con estrépito. El brasileño descuidó el marcaje y al belga le sorprendió tanto, que no reaccionó. Otros, por contra, se fijarán exclusivamente en Zaldua.
El donostiarra pareció el ideólogo de la máxima que habla de que la fe mueve montañas. En este caso dio la vuelta al marcador y decantó la victoria de la Real con un cabezazo sui géneris. Lo primero que hizo el lateral fue creer. Sin ese impetuoso reflejo hubiera sido imposible que el envío de Pardo terminara siendo una asistencia. Es difícil imaginarse, de modo análogo, a Zaldua comportándose como Marcelo. No son el mismo jugador, de esto no cabe ninguna duda. Es como si pertenecieran a diferentes culturas.
La Real estaba haciendo un buen partido cuando Zaldua se estrenó como goleador. El lateral, también. Dando señales de su versión más reconocible: seguro atrás, decidido en sus intervenciones y peligroso al seleccionar con acierto sus subidas por la banda.
Fue sustituido por un golpe
El primer cambio de Imanol fue Zaldua. Un golpe, sin mayores consecuencias, le apartó de los minutos finales de la victoria. Le sustituyó Januzaj y Zubeldia ofició de lateral diestro.
Zaldua no sólo había cumplido con su cometido, sino que había superado las expectativas. Cerró la banda y decidió con un gol. Nunca decepciona, no como Marcelo.
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