La suerte del seleccionador francés, Didier Deschamps, se resolverá justo después de Navidad, cuando tiene cita con el presidente de su Federación para renovar su contrato, que el técnico desea que discurra hasta 2026.
El presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noel Le Graet, indicó este jueves en una entrevista al diario regional Ouest France que se ha citado con Deschamps la semana próxima en Guingamp, la ciudad bretona donde reside el mandatario.
En el menú de la reunión figurará la renovación de su contrato. Le Graet ha mostrado su deseo de que Deschamps continúe y asegura en la entrevista que “tiene las cartas en su mano”.
Pero no aclaró si existe acuerdo sobre la duración del contrato. Según varios medios, el todavía seleccionador quiere abrir un nuevo ciclo hasta 2026, tras el Mundial de Norteamérica.
La idea de Le Graet era otra. Que el nuevo contrato durara hasta el final de la Eurocopa de Alemania en 2024, momento en el que también finaliza su mandato, lo que dejaría a su sucesor manos libre para dejar la selección en manos de quién desee. “Creo que nos podremos de acuerdo”, señala el presidente de la FFF en Ouest France.
El actual contrato de Deschamps expira el 31 de diciembre, pero el técnico se ha ganado un enorme crédito durante el reciente Mundial de Qatar, cuando ha conducido a los ‘bleus’ al subcampeonato, tras dejar escapar la segunda Copa consecutiva en la tanda de penaltis de la final contra Argentina.
El seleccionador ha recuperado buena parte de la imagen de ganador que se labró durante el Mundial de Rusia de 2018, y que había perdido tras la derrota en octavos de final de la Eurocopa de 2021 en otra fatídica tanda de penaltis contra Suiza.
Tras ese fiasco, Deschamps supo levantar un equipo competitivo, afrontar importantes bajas y presentarse en Catar con una opción competitiva que, desde el primer momento, fue elegido como uno de los favoritos para la victoria final.
Los principales argumentos para negar su continuidad vienen de su posible sucesor y, en ese asunto, un nombre emerge con toda la potencia, Zinedine Zidane.
El ex técnico del Real Madrid no oculta su deseo de sentarse algún día en el banquillo del equipo con el que en 1998 se proclamó campeón del mundo como jugador y, con su currículum en el club blanco, se ha gestado una reputación para que nadie pueda contestarle la legitimidad.
Zizou ha recibido estos días el apoyo de Christophe Dugarry, otro de los campeones de 1998, que en declaraciones al diario L’Équipe recordó los malos 80 primeros minutos de Francia en la final contra Argentina y vio en ellos un argumento para cambiar el banquillo de los ‘bleus’.
Muy crítico con Deschamps, al que considera que “solo busca el resultado” y que no fue capaz de dominar una final “en la que Francia era superior”, el exjugador del Barcelona cree que “hace falta algo nuevo”.
“Tenemos a alguien que ha ganado tres veces seguidas la Liga de Campeones y que puede aportar cosas a la selección”, señala Dugarry.
Su voz está bastante aislada en un medio del fútbol francés bastante favorable a la continuidad de Deschamps, lo que parece abocar a Zizou a esperar todavía para lograr su sueño. En unas recientes declaraciones, Zidane mostraba su objetivo de recuperar “pronto” un banquillo, sin ponerle fecha.
Si finalmente Deschamps decide continuar, es posible que el ex técnico del Real Madrid busque algún club para proseguir su carrera. De lo contrario, está en la mejor posición para hacerse con el cargo.