Zidane recupera su efectividad en Champions

El Real
Madrid volvió a superar una eliminatoria de la Liga de Campeones dos años y once meses después para estar de nuevo entre los ocho mejores equipos de Europa. Algo que, antaño, se veía como lo normal, pero que, de un tiempo a esta parte, ha supuesto un hito en el conjunto blanco que llevaba dos caídas en octavos de final consecutivas ante Ajax y Manchester City.

Pero es que, por un momento llegó a ser intocable Zizou en ‘Champions’. Su racha de doce eliminatorias superadas de forma consecutiva (nueve cruces y tres finales), son historia de la competición. El único técnico que lo consiguió antes de dar por cerrado un ciclo con la conquista de la decimotercera Copa de Europa para el madridismo en Kiev.

Una vez fuera del Madrid, en la distancia, Zidane asisitió a la dura eliminación del Ajax (1-4 en el Bernabéu) y regresó para devolver la ilusión. Y conquistó la última Liga con una fórmula nueva, dando prioridad a la labor defensiva y sacando máximo provecho de los goles a favor. Pero la plantilla no le dio para superar al Manchester City y Zidane dejaba de ser intocable en la Liga de Campeones.

El halo de Zizou desaparecía en su competición fetiche y recuperarlo en el presente conllevaba un riesgo. Decidió correrlo el técnico francés, que ensayó ante el Elche defensa de tres centrales y retocar el estilo del Real Madrid. Probablemente con público en las gradas, a la media hora de defenderse ante el Atalanta para hacer bueno el triunfo de la ida, le habría costado alguna queja de la grada, pero el fútbol a puerta cerrada ayudó a una decisión que impulsan las opciones de éxito madridistas en la ‘Champions‘.

Al esquema del rival y el talento goleador que define al Atalanta, se le sumó el conocimiento de la poca pegada de su equipo. Salir a jugar a lo mismo que proponía el rival era un riesgo. Ni el nombre ni la historia gana partidos decisivos y Zidane, consciente de las limitaciones de su plantilla, repitió la fórmula que le condujo al éxito en la última Liga, plantó a su equipo en un posicionamiento con bloque bajo inicial y apostó la velocidad al contragolpe. Con espacio para correr hasta recuperó la pegada perdida y el triunfo le dio razones.

Una nueva eliminatoria superada, la decimotercera, y un mensaje de vuelta: Zidane sigue siendo un ganador en la Champions.