De entre las batallas individuales que se presentaban antes del R
eal Madrid – Liverpool de este martes, el Zidane vs Klopp era una de las más atractivas. Después de su primer enfrentamiento en la final de Kiev de 2018, el galo y el alemán se volvían a ver las caras, más cambiadas por el paso del tiempo, y había ganas.
Mermados también por las bajas, sobre todo en defensa, ambos plantearon el mismo esquema, un 4-3-3. Hicieron el efecto espejo. Zidane, al que se le esperaba con un 3-5-2 apostó por volver a los cuatro defensa pese a la baja de Varane y le salió bien.
Sobre todo porque Militao, lejos de su irregularidad, firmó quizás su mejor partido con el Real Madrid y tanto Nacho como Lucas o Mendy, volvieron a afinar como de costumbre. Con ellos, Zidane supo cómo librarse de la presión alta del Liverpool: tocando con paciencia y calidad. Así, conseguía zafarse de la primera línea asfixiante de los ingleses y llegar al centro del campo con el balón y, muchas veces, en superioridad.
Ante eso, poco más que recular podía hacer el Liverpool. Klopp planteó un partido en el que recuperar y salir rápido a la contragolpe, como de costumbre, pero eso ayer no ocurrió.
Vinicius, apuesta clave
En cuanto al ataque, Zidane, también se ‘comió’ a Klopp. El francés, después del partido, aseguró que ya antes del choque sabían como hacer daño a los ‘reds’ y que, por ello, dio entrada a Vinicius y Asensio en un 4-3-3 con extremos rápidos que pudieran hacer daño a la espalda de los laterales.
Tal fue el domino blanco en la primera parte, que Klopp se vio obligado a mover ficha antes del descanso dando entrada a Thiago por el malogrado Keita y ya entonces mejoró algo el Liverpool.
Pese a todo, los de Zidane siguieron a lo suyo y pudieron ampliar la renta incluso un poco más. No fue así y tendrán que defender la ventaja del 3-1 que, casualmente, fue el mismo resultado de la final de Kiev.
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