Zourdine Thior (Dakar, 1997) es el senegalés de Orio. Un extremo desequilibrante que, mimado por Imanol, llegó a estar cerca del primer equipo de la Real Sociedad. Ahora, en las filas del Logroñés, espera con ansia el partido en el que enfrentarse a su ex equipo y amigos.
¿Cómo está viviendo los días previos a enfrentarse a la Real Sociedad? ¿Con nervios?
Con muchas ganas la verdad. Es un día que me hace mucha ilusión.
¿Se prepara el partido diferente por ser un Primera División? ¿O se mantiene la idea?
Es un equipo dos categorías superior a nosotros, sabemos la capacidad que tiene la Real pero nosotros lo estamos preparando como un partido más. El míster no ha hecho ningún cambio, lo está tratando como todos los demás.
¿Qué significa el partido para usted?
Bueno, es un partido realmente especial. La Real es donde he pasado mis mejores años, desde que llegué de pequeño he pasado muchos años, he hecho amigos de verdad ahí. Creo que ahora soy quien soy por todo lo que ha hecho la Real por mí.
¿Cómo ve usted el partido? ¿Dónde pueden estar las claves?
Sabemos que la Real tiene un muy buen juego interior, con jugadores de mucho nivel. Nosotros intentaremos ser nosotros mismos, si queremos ganar y hacer un buen partido lo primero es ser valientes, querer la bola sin ponerse nerviosos, defender y atacar juntos, e intentar las oportunidades que vayamos a tener.
Llevan 8 partidos ligueros sin ganar y en descenso. No era de esperar, ¿no?
La verdad que llevamos dinámica mala de resultados pero a nivel de equipo creo que llevamos muchos partidos haciendo las cosas bien.
¿Cómo están siendo los primeros meses en Logroño? Lleva tres titularidades ligueras seguidas.
La verdad es que bien. Tuve una pequeña lesión al principio de temporada pero poco a poco he vuelto al equipo. He tenido minutos, he sido importante.
Se le atraganta el gol, por ahora. ¿No será ante la Real, no?
(risas). Bueno, no he podido marcar aún y si se da en ese partido estaría muy feliz de hacerlo.
Ha tenido varios cambios de equipo. ¿Busca estabilidad en Logroño? ¿Cómo es salir de Zubieta?
He estado en varios sitios, sí. Necesitaba un equipo que confiase en mí, que me diera la oportunidad de demostrar todo el fútbol que llevo dentro, esa estabilidad. Estoy teniendo continuidad, que era lo que me faltaba. En Zubieta nos preparan también para poder salir de allí y poder demostrar lo que has estado trabajando. No es lo mismo estar en casa que fuera.
¿Mantiene contacto con los realistas de su generación? Guevara, Oyarzabal…
Sí, mantenemos el contacto. Barrene, Sola, Le Normand…Eso es lo bonito del fútbol. Pasan de ser tus compañeros a tus amigos.
Como amigo suyo, ¿cómo vivió la vuelta de Mikel Oyarzabal al equipo tras muchos meses lesionado? ¿Se emocionó?
Emocionado, sí. Feliz de volverle a ver disfrutar. Tanta gente dándole una ovación al volver al equipo es algo increíble. Le deseo que no tenga ninguna lesión más. Es un gran jugador, tiene muchas cosas para demostrar, y le veo el miércoles.
Otra persona importante para usted es Imanol. Dice que ha sido clave en su crecimiento, sobre todo en el Sanse. ¿Qué tiene de especial su relación con él?
Al final vivimos en el mismo pueblo y me conoce desde pequeño. Es el entrenador que más rendimiento me ha sacado. Sabe mis puntos fuertes y débiles, cómo me tiene que apretar y las cosas que me tiene que decir. Mantengo muy buena relación con él, siempre que le veo hablamos y me da consejos y es de agradecer. Estoy muy feliz por su trayectoria en la Real. Es un grandísimo entrenador y ojalá siga muchos años en la Real para llevarla a lo más alto.
Precisamente con Imanol llegó usted a estar convocado con el primer equipo, ante el Eibar. ¿Tiene la espinita clavada de no debutar?
Tengo esa espina clavada, sí. Aunque tú estés muy bien, había jugadores de grandísimo nivel. Fue una bonita experiencia que viví.
Un resultado para el miércoles.
1-0.
¿No será con gol suyo, no? ¿Lo celebraría?
(risas). No, tengo mucho respeto a la Real, no podría celebrarlo.
Lo más importante: ¿cuántas entradas le han pedido en Orio?
Muchísimas, ya ni me acuerdo. Viene muchísima gente. Aunque no sean de mi kuadrila, viene gente del pueblo. Es un gesto bonito.