El Atlético de Madrid B acabó la jornada como colista. Los colchoneros volvieron a empatar, en esta ocasión a cero ante el DUX Internacional, y eso que fueron muy superiores en todo momento pero finalmente el gol no llegó. Y eso que contaron con los ilustres refuerzos de Giuliano Simeone en el campo y Fernando Torres en el banquillo. Ambos provocaron los cánticos de la grada. Una grada que volvía a tener público casi un año después.
Una primera parte que comenzó con dominio alterno para ambos equipos pero en la que poco a poco los colchoneros fueron imponiendo su ritmo de juego. El omnipresente Mario Soriano, la movilidad de Giuliano, el el liderazgo de Moya y Sanabria en el centro del campo provocó que poco a poco los colchoneros fuesen haciéndose dueños y señores del partido. Así llegaron la primera ocasión de Camello y un posible penalti que no vio el colegiado de la contienda González Diaz.
Tras el descanso, el Atlético de Madrid se hizo el dueño y señor del partido en un encuentro en el que puso contra las cuerdas al DUX Internacional pero la falta de picardía en algunas ocasiones y la falta de acierto en otras hicieron imposible que se abriese el marcador. Camello contó con dos buenas ocasiones para marcar la primera al aprovecharse de una indecisión del portero y la segunda en un remate que no vio puerta. Mientras que el otro protagonista fue Giuliano Simeone que no pudo ver puerta a pesar de hacer un gran partido. Ambos acabaron siendo cambiados por problemas físicos derivados del cansancio.
Buenas sensaciones de Giuliano
Sin duda que volvió a ser muy ilusionante el partido del Cholito. Giuliano a pesar de ser uno de los benjamines del equipo con 18 años, tiró del carro. Lo intentó y se mostró como un futbolista muy guerrero con mucha movilidad y muy incómodo de defender. Desde luego que él fue una de las mejores noticias del partido.
Los colchoneros siguieron provocando ocasiones por las bandas pero sus centros no acababan de conectar con los delanteros. Desde lejos lo intentó Germán Valera primero y Sanabria después pero el disparo de este se estrelló en el larguero. Una pena. Así se llegó al final. A pesar del dominio no fueron capaces de materializarlo en goles. Los jugadores acabaron por los suelos porque habían visto que todo el esfuerzo no había dado resultado.
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