Nunca un ascenso costó tanto. Un año de trabajo, una pandemia mundial, un playoff exprés en pleno verano y una ‘guinda’ en forma de quince días más de espera. Pero el curso acabó tras una eterna final. La fiesta se fue a Portugalete. Las lágrimas, a Sestao. Los jarrilleros regresan a Segunda B cuatro años después. Aunque aún no se sabe cuándo podrán empezar la competición. Se sobrepusieron al parón forzado por un caso positivo de coronavirus en su plantilla y cantaron victoria en el regreso. Los verdinegros pusieron las ocasiones en Sarriena, sin embargo la tropa de Ezequiel Loza manejó a la perfección la situación. Le valía el empate a la conclusión de los noventa minutos y con ello jugó.
Hubo ritmo de inicio, pero el River no tardó en hacerse con el mando. El Portugalete se replegó con tino y trató de desplegarse mediante balones largos hacia Thaylor. El cuadro verdinegro la tuvo mediada la primera parte. Un mal chut de Iván Alonso desde fuera del área fue desviado por Villar, que cogió a contrapié a Mediavilla. El meta logró rehacerse para desviar in extremis.
El River funcionó a impulsos y dio otro arreón cerca del descanso. Primero con un testarazo de Villar, luego con un par de remates consecutivos de Vieites para acabar con un intento de Huete, tras cazar un balón muerto en el área en un córner, que salvó Celihüeta desde el suelo.
No cambió en exceso la dinámica en la reanudación. La iniciativa seguía siendo para los de Las Llanas, que vivían cerca del área del Portugalete. Mediavilla repelió como pudo un cabezazo de Huidobro en el primer palo tras un córner. Los dirigidos por Loza seguían moviendo sus fichas, lo tenían claro. Ordenados atrás y sin alardes ofensivos.
El Sestao fue dando pasos al frente. No logró generar peligro con los centros al área, aunque tuvo su opción en dos ocasiones muy claras. La primera con un zurdazo de Aranguren en el minuto 71 desde el balcón del área que se marchó desviado por centímetros. Y pasada la pausa de hidratación, con un lanzamiento de Vieites que desvió un defensa y se envenenó hasta golpear en el larguero.
Suelen decir que el que perdona lo acaba pagando. El River hizo bueno el refranero popular. Con los de Etxebarrieta volcados y tras un par de cambios de Loza, llegó la sentencia del Portugalete. En una de sus escasas aproximaciones al área en el segundo periodo. Thaylor desbordó por potencia por la derecha, percutió hasta el fondo y asistió para que Rober marcara a placer. Otra vez. Y es que también anotó sobre la bocina el gol jarrillero en la semifinal contra el Basconia.
Aquí murió la gran final de la Margen Izquierda. El Sestao necesitaba dos goles para ascender y ya no había fuerzas. Las balas las gastaron antes. Thaylor rozó el segundo en el descuento y Artabe acabó expulsado. Daba igual. La alegría se desbordó en el Portugalete con el pitido final del colegiado. Una celebración peculiar, pero una celebración al fin y al cabo. Los futbolistas saltaron al verde y lo festejaron a lo grande. La ocasión lo merecía. Ahora les toca seguir esperando. El billete a Segunda B ya se encuentra en su poder. Falta por concretarse cuándo iniciarán la temporada 2020-21.
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