13 de junio de 2010: una fecha para la eternidad


El 13 de junio de 2010 es el día más importante de la historia reciente de la Real. Los éxitos que han llegado después, desde la clasificación a la Champions en 2013 o incluso la fastuosa remodelación de Anoeta, orgullo de todos los realzales, pasando por el pasaporte a la final de Copa de este año, no se pueden entender sin el ascenso que un equipo plagado de jóvenes canteranos consiguió tal día como hoy hace diez años. Comandado por el uruguayo Martín
Lasarte como entrenador y con el aporte decisivo de foráneos como Claudio
Bravo, Alberto
de
la
Bella, Diego
Rivas, Emilio
Nsue o Carlos
Bueno, aquel equipo en el que nació para la elite Antoine
Griezmann devolvió a la Real al lugar que nunca debió abandonar derrotando al Celta (2-0) en Anoeta con goles de Xabi
Prieto y Carlos
Bueno.



Prieto, Carlos
Martínez y Agirretxe fueron parte fundamental de un ascenso a Primera que, sin embargo, no se puede entender sin el aporte de toda una plantilla cuyo núcleo duro lo formaban un 66% de futbolistas formados en Zubieta (16 de 24). Iosu
Esnaola pertenece a esa segunda unidad que, con menos protagonismo sobre el césped, representa el papel estelar que tuvo la cantera de la Real en los tres años que estuvo en Segunda. Con las arcas del club llenas de telarañas y la sociedad bordeando la desaparición, los jugadores de casa sostuvieron a la Real entre 2007 y 2010 hasta que el 13 de junio de 2010 llegó el retorno a Primera.

“Fue una liberación”

MD reúne a los cuatro protagonistas en el escenario de la gesta para celebrar lo que, sin duda, fue algo más que un hito. Esnaola y Agirretxe llegan juntos y el reencuentro con
Charly
y Xabi transmite rápidamente todo lo que se vivió en aquel equipo. “En aquel vestuario por delante del jugador estaban las personas”, explica un Esnaola para el que aquella Real era como “una buena cuadrilla. Se dice que en la elite los vestuarios suelen ser raros pero aquel es el mejor que yo he conocido y se demuestra con que hoy en día, sólo con encontrarnos, es una gozada”.

Antes que compañeros son amigos y en la conversación surgen otros nombres que si no acuden a la cita es únicamente por problemas de agenda. Labaka, Ansotegi, Markel, Aranburu o Dani
Estrada, junto a Zurutuza y un entonces imberbe Illarramendi, los últimos supervivientes en el club, son nombres asociados a un ascenso que les convierte en héroes para la eternidad. “Éramos muy jóvenes y poder llevar a la Real que tanto queríamos de vuelta a Primera fue especial”, apunta Agirretxe que ya estaba en la plantilla la temporada anterior. “A la tercera fue la vencida”, complementa un Prieto que vivió con mayor protagonismo el drama del descenso y toda la travesía por el desierto en Segunda.

Carlos
Martínez añade que “luego hemos vivido momentos inolvidables entrando en Champions o en Europa League y partidazos tremendos contra el Barça, el Madrid, el Valencia… Pero ningún partido va a ser como aquel. El ascenso fue un punto de inflexión para estar orgullosos”, señala el navarro. “Los tres días de fiesta que vivimos tras acabar el partido quedan para siempre”, completa la reflexión Esnaola. “El club vivía un momento muy duro, en 2007 se había fallado en Mendizorroza y aquello fue una liberación”.


Source link