2-1: El Alavés desaprovecha una ocasión de oro en Mestalla


Sensaciones encontradas y derrota. El Alavés vuelve a ofrecer en la segunda mitad fases de buen juego que invitan a la esperanza, pero desaprovecha una ocasión de oro para puntuar en Mestalla, uno de los escenarios más exigentes de LaLiga, ante un Valencia en horas muy bajas y muy tocado por la dura derrota sufrida en la Champions frente al Ajax.



En la primera mitad, tuvo más el balón el cuadro che -un 65% de posesión-, pero el equipo albiazul supo utilizar sus armas para inquietar a su rival robándole balones en zonas peligrosas, aunque sin la profundidad necesaria para pisar el área con la contundencia necesaria.

Lo intentó el Alavés con fe y puso Asier Garitano sobre el césped toda la pólvora de que disponía, pero no pudo ser

Cambió la decoración en la segunda parte. Mejoró el cuadro gasteiztarra y, en un notable cuarto de hora inicial, sí tuvo ocasiones para empatar, pero no acertó. Un apagón en parte de los focos de Mestalla le llegó cuando peor estaba. Tomó aire el cuadro che con la obligada interrupción y, en una contra, Dani
Parejo forzó ante Sivera el penalti que le sirvió para meter el 2-0.

Lo intentó el Alavés con fe y puso Asier
Garitano sobre el césped toda la pólvora de que disponía, pero no pudo ser. Lucas
Pérez hizo el 2-1 en el 89 y no sirvieron los seis minutos de prolongación -muy escasos ante tanta interrupción-, para forzar un merecido 2-2. Queda ahora el equipo con 8 puntos y riesgo de caer en puestos de descenso dependiendo de los resultados que mañana obtengan sus adversarios directos.

Salió con otro espíritu el cuadro vitoriano, con Lucas
Pérez y Joselu de inicio y presionando para provocar los errores del rival para crear peligro. Los che buscaban también la portería rival y, en el minuto 9, Rodrigo, tras un córner botado por Dani
Parejo, cabeceó a las manos de Sivera.

En el 11, Jaume
Costa metió un buen balón al segundo palo que cabeceó hacia el centro Cheryshev. Menos mal que el meta babazorro estuvo atento para tocar lo suficiente y evitar el remate de Maxi
Gómez en boca de gol.

Inoportuna lesión

Comenzó a crecer el
Alavés en un duelo en el que acciones puntuales le dieron la espalda. El primer y serio contratiempo llegó en el 20, cuando Tomás
Pina, que había arrancado bien el choque, se llevó la mano al muslo y, lesionado, tuvo que ser reemplazado por Pere
Pons.

Aún así, trataba de aprovechar El
Glorioso los errores locales. Lucas
Pérez caía a la izquierda y creaba peligro con Luis
Rioja y Rubén
Duarte. En el minuto 25, tras una buena combinación con Joselu en el borde del área, el gallego disparó alto.

Cuando mejor estaba, le llegó el apagón parcial de los focos de Mestalla, circunstancia que aprovechó el cuadro local para tomar aire

El segundo mazazo llegó cuando mejor estaba el conjunto albiazul. En el 27, en una rápida combinación Rodrigo recibió el cuero entre líneas, donde más daño hace, y metió un pase de oro al hueco a Maxi
Gómez. El delantero, con mucha potencia, ganó la acción a Laguardia para hacerse un hueco y rematar cruzado lejos del alcance de Sivera. Era el 1-0.

Mejoría
insuficiente
y
apagón

Salió con ambición y escocido con el 1-0 el cuadro vasco en la reanudación. Tuvo un muy buen cuarto de hora inicial en el que Joselu, con un disparo inocente en el 52 Y con un testarazo pegado al poste en el 55
tuvo ocasiones para empatar.

Cuando mejor estaba, le llegó el apagón parcial de los focos de Mestalla, circunstancia que aprovechó el cuadro local para tomar aire. Se reanudó el duelo con mayor equilibrio hasta que, en el 80, un buen pase al espacio de Cheryshev lo aprovechó Dani
Parejo para forzar el penalti decisivo ante la desesperada salida de Sivera.

Sentenció con el 2-0 el capitán che
desde el punto fatídico, pero el Alavés
no se rindió. Asier
Garitano metió todo su artillería y su equipo se volcó. Logró en el 89 el 2-1 Lucas Pérez al cazar el rechace tras una gran parada de Cillessen a un obús a bocajarro de Joselu.

A pesar del apagón, el parón con el VAR en el penalti y los cinco cambios, Prieto
Iglesias
sólo dio seis minutos de prolongación que resultaron insuficientes para los babazorros.


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