2-1: El Atlético y Munuera tumban a la Real

2-1: El Atlético y Munuera tumban a la Real

La Real no pudo con un Atlético de Madrid muy aplicado en defensa, que llegó a robarle toda su personalidad durante la primera hora de partido, y con un árbitro que determinó el resultado con una doble decisión muy polémica. El colegiado cercenó la reacción txuri urdin estableciendo un criterio distinto a dos acciones que podrían considerarse similares, dos manos que parapetan un cuero que iba a gol.  No pitó la evidente de Morata tras un cabezazo de Brais, pero sí la de Carlos Fernández, después de un chut de Koke que iba a gol. Y eso que el cuero parece impactar en la rodilla del sevillano antes que en su extremidad superior. De los empujones previos a Pacheco y el propio Carlos, mejor no saber nada. 

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Simeone y Munuera Montero cortaron las alas de una Real que llegaba con cuatro victorias seguidas. El técnico colchonero había trasladado a su afición  el mensaje de que su equipo llegaba ‘tieso’ y en desventaja por haber descansando una jornada menos y por las bajas y llegó a calar en el ánimo de todos. El árbitro, simplemente, fue un aliado del Atlético más. La presión de Gil Marín y sus comunicados pudo tener su efecto. La mano de Morata es evidente, tan involuntaria como la de Carlos Fernández y sin rebote de por medio.  La mano, en esta ocasión la del árbitro, fue decisiva en un partido poco brillante una Real que mereció mucho más con su reacción.  

El ‘once’ vencedor

Como era de esperar, Imanol calcó el ‘once’ inicial que cinco días antes había bailado al Salzburgo y también había aplastado al Athletic, pero desde el inicio fue evidente que el Atlético de Madrid iba a ser un rival más inaccesible. Y eso que la presión inicial de la Real fue bestial, mordió como nunca para intentar robar y dificultó sobremanera la salida de balón atlética. La ambición realista quedó reflejada en la primera acción, cuando apenas habían pasado 15 segundos de encuentro: una doble peinada de Merino y Oyarzabal tras el primer balón largo desencadenó en el remate de Barrenetxea y el autogol de Hermoso, finalmente anulado por fuera de juego del donostiarra. 



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Atlético-Real Sociedad, en imágenes

SERGIO PEREZ / EFE


Pero según fueron pasando los minutos esa pujanza inicial se fue apagando y se fueron derritiendo con el calor las ideas  de una Real un tanto sometida a las dentelladas del Atlético, muy replegado atrás, pero capaz de salir con peligro con las dejadas de espaldas de Morata y las apariciones de Griezmann. Una vez más, poco a poco el equipo de Simeone fue despersonalizando a la Real y a sus mejores jugadores, especialmente a Kubo, que no se iba a nadie,  hasta convertirles en vulgares. Hermoso y De Paul ya habían enardecido al graderío local con dos acercamientos, pero el que clavó una daga por la espalda fue Lino, más en concreto por la siempre vulnerable espalda de Traoré, cuyo carril a veces se convierte en autopista.

Lino y la espalda de Traoré

El pase largo  de Koke fue bueno, pero la defensa estaba totalmente montada y parecía un envío profundo más. Pero de nuevo Traoré estaba mal perfilado para atacar el balón y luego para defender a Lino. Cuando el malí reaccionó, el carrilero atlético ya había batido a Remiro por su palo. Y dos minutos después, Griezmann preparó el salero para echarle sal a la herida de volea, pero se le fue alta. Traoré, ya totalmente perdido,  se quedó estático, como de piedra. 

Curiosamente, la Real reaccionó tras un ‘cooling break’ que antes del partido había pedido que no se hiciera. Pero tampoco le dio parar girar el partido. Imanol no cambió el sistema, pero sí de banda a los interiores. El Atlético seguía plácido en su hogar. De hecho, opositó al segundo con Griezmann y luego con De Paul, que casi revienta el poste desde la frontal tras una excepcional jugada ensayada local en una falta. 

El árbitro concedió tres  minutos de prolongación y la Real llegó al 47′ con cero disparos y un cero patatero en la estadística ‘xG’ o ‘goles esperados’. Sólo asustó en la última jugada, con un centro con música celestial de Kubo y un cabezazo de Oyarzabal un tanto forzado, pero en buena posición, que terminó en la parte alta de la red. 

Palo de Witsel 

La segunda parte fue bastante más movida. Le costó reaccionar a la Real, lo hizo sobre todo después de los cambios, pero por fin se desató. Y eso que el  Atlético de Madrid estuvo muy cerca de la sentencia con otro centro lateral horriblemente defendido por la Real, con Remiro atornillado a la línea de gol y Le Normand peinando hacia atrás. Witsel conectó como pudo el remate y el cuero pegó en el palo. 

La Real seguía en la lona y Merino, muy errático,  personalizaba la impotencia. Zubeldia evitó el 2-0 cortando el pase de la muerte de Griezmann y con la salida de Carlos Fernández, Zakharyan y Pacheco por fin cambió la película.  Oyarzabal tocó a rebato con un gran reverso y un disparo seco con la diestra que escupió el poste. A milímetros del tanto.

Penalti escandaloso

La Real empató por mediación de Oyarzabal cinco minutos después de que el árbitro le escamoteara un penalti  de forma escandalosa. Se lo tendrá que mirar el vengativo Munuera Montero, al que el VAR le hizo saber que Morata había detenido con una mano nítida, abierta, con la que ocupaba un espacio antinatural un cuero cabeceado a gol por Brais. Tras tres minutos de análisis y visionado, determinó que no era penalti. Inexplicable.

Tuvo la virtud la Real de no venirse abajo, al contrario, se rebeló ante tamaño atropello y sacó el mazo. La contra la lanzó un Barrene ya muy entonado, prolongó Zakharyan a Carlos Fernández y éste dejó solo al capitán con un genial cambio de orientación. La definición del ’10’, ‘high quality’.

Quedaba lo peor.  El árbitro, al que tanto le había costado decidir que lo de Morata no había sido mano, tuvo clarísimo que la de Carlos Fernández, de espaldas al cuero, para evitar el gol de Griezmann era punible. Tanto que ni lo fue a analizar al monitor.  Y eso que Morata le empujó en la acción previa -también Koke a Pacheco-y el cuero, según las imágenes, parece impactarle antes en la rodilla. Ejecutó Griezmann, quién si no. 

Salieron Sadiq y André Silva y la Real se lanzó a por el empate, pero superar tanta dificultad rozaba lo imposible. Irritados al parón. 

 

Atlético: Obklak; Molina, Azpilikueta (Savic, min.79), Witsel, Hermoso, Lino (Galán, min.79); Koke, Llorente (Riquelme, min.72) , De Paul (Saúl, min.72); Griezmann, Morata.

Real Sociedad: Remiro; Traoré, Zubeldia, Le Normand (Pacheco, min.65), Aihen; Zubimendi, Merino (Zakharyan, min.65), Brais; Barrenetxea (Sadiq, min.90), Oyarzabal (Silva, min.90),  Kubo (Carlos Fernández, min.65)

Goles:  1-0: Lino (min.22). 1-1: Oyarzabal (min.73).  2-1: Griezmann (min.88)

Árbitro: Munuera Montero. Amonestó a Le Normand (min.15), Koke (min.48), Traoré (min.85),   Griezmann (min.96) y Galán (min.97)

Espectadores:  65.607 en el Cívitas Metropolitano.

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