50 años después, Legionarios de Cristo admite los abusos del sacerdote Fernando Martínez 

La organización religiosa responsabiliza a su fundador, Marcial Maciel, quien “como superior general tomaba las decisiones importantes sobre los sacerdotes”.

Después de 50 años de la primera denuncia en contra del sacerdote Fernando Martínez por haber abusado de un menor de edad, los Legionarios de Cristo confirmaron que son ciertas cada una de las  acusaciones, por los mismos motivos, en contra del miembro de la congregación fundada por Marcial Maciel.

Admitieron que a pesar de las reiteradas denuncias en contra de Martínez, el cura continuó estando en activo en varios centros educativos y religiosos que la organización tiene en México y ejerció como confesor en Salamanca, España.

Fue un error gravísimo asignar a un sacerdote que había cometido abusos a un puesto de trabajo pastoral con niños y jóvenes en otro lugar”, asegura la organización religiosa a través de un comunicado.

De acuerdo con Proceso,  el superior general de la Legión, Eduardo Robles-Gil, entregó el 11 de noviembre los resultados a la Congregación de la Doctrina de la Fe y está esperando “instrucciones sobre el procedimiento canónico que ha de seguir”.

Por ello, de momento, los únicos castigos para Martínez son no tener acceso a ministerio público y otras restricciones, como solo poder vestir su sotana sacerdotal cuando está en edificios de la congregación y no entrar en contacto con menores, según explicaron los Legionarios, quienes tampoco aclararon si señalaron el caso a la justicia mexicana.

El documento muestra los resultados obtenidos a través de una investigación interna realizada por Praesidium, una agencia estadounidense dedicada a la prevención y actuación contra abusos sexuales a menores. Ahí, los Legionarios de Cristo piden perdón “a cada persona que haya sufrido un abuso del padre Fernando Martínez”.

La Legión de Cristo responsabiliza a Marcial Maciel, quien “como superior general tomaba las decisiones importantes sobre los sacerdotes, así se minimizaba la capacidad de actuación de los superiores a nivel territorial o local, además de que no recibieron la información relevante para el ejercicio responsable y maduro de su oficio”.

Martínez fue acusado, en diversas denuncias entre 1969 y 1993, de haber abusado de niños de entre 4 y 11 años en diversos centros escolares del país, entre ellos los Institutos Cumbres de Ciudad de México y de Cancún.

El País indica que hasta 2016 y a pesar de que había multitud de denuncias y sospechas sobre la mesa, el único castigo que recibió el religioso fue de carácter interno y suponía “restricciones informales y no escritas” que nunca se hicieron del conocimiento de los miembros de las comunidades donde era trasladado.

 




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