A Sevilla por rutas muy diferentes

Lo importante es llegar al destino. Lo de menos es la ruta elegida. La Real Sociedad y Athletic han desarrollado trayectorias muy diferentes, casi contrapuestas, para alcanzar la final de la Copa del Rey de Sevilla. Los donostiarras arriban a la cita definitiva de La Cartuja tras un periplo impecable por la competición: siete victorias en siete partidos, 24 goles a favor, sólo cinco en contra y la sensación de que es el equipo elegido para la gloria. El Athletic, por contra, llega a la meta por la vía de la agonía y la épica. Ha estado al borde de la eliminación en tres de las seis eliminatorias, contra el Elche, el Tenerife y el Granada, y el gol de la victoria contra el Barcelona lo anotó en el minuto 93’, cuando la prórroga llamaba a la puerta.



La Real se dio un paseo ante el Becerril en Palencia (0-8), impuso su lógica en la segunda parte ante el Ceuta (2-0), ganó en casa con solvencia a dos Primeras como Espanyol (2-0) y Osasuna (3-1), que no jugaron con sus mejores piezas cuando le pudo haber tocado equipos de categoría inferior fuera, se coronó con la gesta de tumbar al Real Madrid en el Bernabéu (3-4) y doblegó con mucho sudor al Mirandés en los dos partidos de semifinales (2-1 en Anoeta y 0-1 en Anduva). La materialización de cualquier sueño requiere de por lo menos una hazaña y la Real la facturó en la cancha del Madrid, al que le hizo cuatro goles, aunque terminó pidiendo la hora.

Isak se ha destapado en esta competición, en la que es el máximo goleador con siete goles. Salvo en las dos primeras citas, en las que Imanol dio la alternativa a varios jugadores un tanto desclasificados, siempre ha tirado de sus mejores hombres.

La firmada por esta gran Real Sociedad es la sexta ocasión en toda la historia en la que un equipo llega a la final de la Copa del Rey, con pleno de triunfos. Son el Barça en 1926 (7 de 7), el Real Madrid en 1929 (8 de 8), el Athletic en 1932 (6 de 6), el Valencia en 1954 (4 de 4) y de nuevo el Barça en 2015 (8 de 8). De ellos, todos se alzaron con el triunfo final salvo los blancos en 1929.

Salvados por los penaltis

El Athletic, por su parte, tampoco pasó apuros para superar las dos primeras rondas contra equipos de Tercera, frente a Intercity (0-3) y Sestao River (0-4).

En los dos siguientes eliminatorias, tuvo que llegar a la tanda de penaltis para pasar. En Elche, llegaron a ir 1-3 por debajo en la serie definitiva desde los nueve metros. Pero se rehizo. En Tenerife, el Athletic explotó la vía de la agonía y la épica. Iago
Herrerín fue expulsado en el minuto 2 y los bilbaínos neutralizaron la ventaja de los chicharreros en tres ocasiones, la última en el penúltimo minuto de la prórroga (118’), con otro gol de Yuri, en este caso desde fuera del área. En los penaltis, el héroe fue su portero, Jokin
Ezkieta, del filial.

Williams, en el 93′

Ya en cuartos, el Athletic aguantó estoico en San Mamés hasta el descuento las embestidas de un Barcelona que tuvo nítidas ocasiones para adelantarse. Marcó Williams, con la ayuda de Busquets, en el minuto 93 en el único chut rojiblanco entre los tres palos.

En semifinales, el equipo de Garitano fue superior al Granada en la ida y lo plasmó con un gol de Williams. En la vuelta, padeció lo indecible, fue perdiendo 2-0 y estaba fuera de la Copa en el minuto 80 de encuentro, hasta que irrumpió Yuri en una jugada muy aislada y aprovechando un despiste increíble en la defensa nazarí.

La Real ha sido el Rey de esta Copa en lo que a juego y resultados hace referencia, pero eso no le otorga ningún favoritismo de cara a la gran final contra el Athletic.

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