Sería injusto decir que Luis
Aragonés fue el mejor entrenador de la historia, pero todos los jugadores que entrenó, muchos de ellos cracks de talla mundial, sí afirmarían que fue el mejor motivador. Este genio irrepetible nos solía motivar con sus ciclos: “hay que vencer el próximo ciclo de 4 partidos” o “en el siguiente ciclo de ocho partidos hay que sumar X puntos”. Hasta que llegaba el ciclo final de las últimas diez jornadas, en los que “nadie regalaba nada”, “era la hora de la verdad” y “los tropiezos se pagan muy caros”, sea cual sea la aspiración: ganar la liga, puestos de Champions o evitar el descenso.
Quedan 11 jornadas para el final, y tal y como están las cosas, si el Sabio todavía viviese volvería a decir lo mismo: que esta liga está tremenda. Basta ver lo mucho que le costó al Barça sumar los 3 puntos ante la Real
Sociedad. O el caso del Real Madrid, que tras la gran inyección de moral de ganar el Clásico, nadie esperaría que la semana siguiente perdiese 2-1 contra el Betis y el liderazgo de la liga. Después del Clásico escuché tantos comentarios merengues durante la semana que parecía que ya eran campeones…Todos los que ya estaban celebrando en Cibeles tendrán que esperar.
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