Varo Santos (Carrión de los Condes, Palencia, 1989) es capitán del Becerril, regenta una librería y dentro de poco será peñista de la Real. El fútbol ha unido a un pueblo pequeño de 800 habitantes con Donostia además de hermanar dos aficiones. La pandemia del coronavirus golpea a ambas por igual.
¿Cuál es la situación en Palencia?
De momento no hay muchos casos aunque poco a poco se van sumando más, pero no llegamos a las cifras que registráis allí. El miedo cada vez va a más y no queda otra que quedarse en casa.
¿Hay gente que se salta el confinamiento?
La verdad es que se está respetando mucho, pero la policía responde con fuerza a la gente que lo incumple y no se andan con tonterías. La multa no se la quita nadie.
¿Cómo está el Becerril, cuál es el escenario para el futuro?
No sabemos si se va a reanudar la Liga hasta que no se sepa con cierta certeza cuando podamos salir a la calle. La Federación maneja varias posibilidades y la más lógica si se quiere acabar la liga sería jugar domingo-miércoles durante varias semanas. Estamos tranquilos en casa y lo primero es la salud y luego ya pensaremos en el fútbol. Tebas ha dicho que quiere acabar sí o sí y creo que sería injusto que acabase todo como está.
¿Remontaron el vuelo?
Desde que jugamos contra la Real, hemos tenido una racha muy positiva y hemos salido de los puestos de descenso, estamos en una zona tranquila. Hay que evitar el quinto puesto por abajo por los arrastres, pero ni siquiera nosotros pensábamos en que podíamos conseguir esta racha.
¿Cómo vivieron su visita a Anoeta?
Es un día que vamos a recordar por el resto de nuestras vidas. El recibimiento que nos dio Donostia fue increíble. Nosotros íbamos a disfrutar de un partido, pero no imaginábamos que nos iban a parar por la calle. El comportamiento que tuvisteis todos fue memorable, no lo olvidaremos nunca.
¿Qué sentimientos le generaron?
Mucha alegría y felicidad. Desde que jugó la Real en el Bernabéu y los aficionados cantaron “Becerril, Becerril”, te llena de orgullo que un pueblo tan pequeño esté en boca de todos gracias a la Real. Ya somos un txuri urdin más y estamos encantados por todo lo que han hecho por nosotros.
¿Ya es socio de la nueva peña?
(Risas). Todavía no porque están en trámites, pero ahora con todo lo que está pasando está parado. La sede va a ser el bar del pueblo y cuando se reanude nos haremos todos socios, seguro. Seré peñista de la Real.
¿Qué es lo que más le sorprendió de su visita a Donostia?
Nunca había estado y siempre había escuchado maravillas de la ciudad, se cumplió con creces. Me encantó, es una ciudad preciosa para vivir, tranquila y accesible. Lo mejor, la gente, muy cercana y amable. Y sobre todo, destaco a la afición. Ver cómo animaba todo el estadio fue un momento maravilloso, vi a una ciudad volcada con su equipo y eso es precioso.
¿Cómo fue el trato personal con la parroquia txuri urdin?
Pues como si fuésemos de su familia, estuvimos tomando algo antes del partido con un grupo de chavales y nos trataron como reyes. El comportamiento fue de 10 en todos los aspectos.
¿Cómo ve la final de Copa?
No es solo de los dos equipos, sino de ambas aficiones. Sería un error jugarla a puerta cerrada, es un día histórico para la afición de la Real que merece llenar y disfrutar de Sevilla.
¿Y en lo deportivo?
Viendo las plantillas y cómo están los dos equipos, la Real es favorita para ganar la Copa. Es verdad que es a un partido y que todo puede cambiar hasta que juegue la final, pero la Real creo que tiene más calidad.
¿Con qué se queda de esta experiencia?
Me quedo con que el fútbol es algo más de todo esto que vemos en la televisión. En diciembre nadie conocía Becerril de Campos y, que un equipo tan grande como la Real, histórico, se haya encariñado con un pueblo pequeño de Palencia de 800 habitantes y nos hayan hecho tan felices, es asombroso. Es algo que nunca vamos a borrar de nuestra memoria.
Además de futbolista semiprofesional, Varo Santos regenta una librería en Carrión de los Condes: “Sólo trabajamos por la mañana, por lo menos me dejan abrir por la prensa, pero por la tarde cierro. No sé cuánto tiempo vamos a poder aguantar esta situación porque la gente no sale a la calle”, lamenta. No es el único del equipo: “Hay compañeros que han sufrido ERTEs porque las fábricas y las empresas están todas paradas”, añade
Source link