El ‘caso Osasuna’ ha supuesto una condena histórica. Por primera vez en España, un tribunal emitió una condena por corrupción deportiva, en este caso a nueve de los 11 acusados que se sentaron en el banquillo por amaño de partidos, entre ellos los futbolistas Antonio Amaya y Xavi Torres, que jugaban en el Betis cuando se produjeron los hechos en un partido disputado entre el equipo verdiblanco y Osasuna en la temporada 2013-14.
Xavi Torres, al igual que Antonio Amaya, han sido condenados por la Audiencia Provincial de Navarra por un delito de corrupción deportiva a cada uno de ellos a las penas de un año de prisión y dos de inhabilitación para el ejercicio de la actividad de fútbol profesional y 900.000 euros de multa.
Ahora en las filas del Al-Arabi SC de Kuwait, Xavi Torres hizo público un comunicado en el que asegura que es inocente de los cargos que se le imputan. “Quiero expresar mi total respeto a los magistrados que la han dictado. Al mismo tiempo, no puedo ocultar mi sorpresa puesto que no entiendo que se me condene por la comisión de un delito que en ningún caso he podido cometer ni intervenir de forma alguna”, aseguró el futbolista, que también dejó claro que “tanto en el Betis como en el resto de clubes que he defendido a lo largo de mi carrera, he actuado con rectitud de acuerdo con unos códigos de profesionalidad y honestidad”.
Y añadió: “Lejos de cometer infracción alguna, he tratado siempre de colaborar con la justicia, con la verdad y lo seguiré haciendo para salvaguardar los valores del deporte. Con profunda tristeza, he solicitado a mis abogados que lleven a cabo el correspondiente recurso, con la total seguridad de que la sentencia será revocada”.
Por su parte, el ya retirado Antonio Amaya también insistió en su inocencia en nota que hizo llegar al diario As. “Quien me conoce sabe que nunca he tomado parte en ningún acto que atente contra la integridad y el buen funcionamiento de las competiciones y siempre he condenado cualquier hecho que infrinja las normas de la competición y del deporte limpio. Me sorprende que pueda ser condenado por hechos en los que no he participado ni en los que pudiera, siquiera, tener influencia, por lo que, acatando la sentencia, discrepo totalmente de ella y no la comparto, en absoluto. No dudo que a través del recurso pertinente se producirá, por parte de las instancias superiores, una rectificación y una revocación de la Sentencia”.
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