El Eibar competirá la temporada que viene en la Liga Iberdrola gracias al juego desplegado hasta la irrupción del coronavirus. Parte del éxito del conjunto armero es culpa de Iker Dorronsoro quien, en su primera incursión en el fútbol femenino, ha logrado un ascenso histórico. “Llegar y besar el santo”, como dice él.
¿Entraba este debut dentro de sus planes?
Aún no me lo creo, aunque hay que subrayar que esto no se consigue solo en un año. Detrás hay un gran trabajo que empieza con el coordinador Jon Zabaleta, los técnicos y jugadoras de los últimos años y una apuesta decidida del club. Sabemos que nos aguarda un reto muy bonito.
Es su primera experiencia en el fútbol femenino. ¿Cómo surgió la oportunidad de llegar al Eibar?
Zabaleta se puso en contacto conmigo y recibí la llamada con muchas ganas. Me lo tomé como un reto personal y creo que hemos sabido gestionar muy bien una plantilla renovada, con varias incorporaciones y una categoría nueva, compitiendo contra muchos clubs que apuntaban a estar en la pelea por ascender. Se avecinaba un año exigente y hemos sabido transmitir al equipo esa tranquilidad que nos trasladaron desde el club.
¿No hubo presión?
Para nada. Firmamos por dos años con la idea de adaptarnos y conocer un poco todo. El secreto ha estado en el día a día, trabajando desde la calma e intentando mejorar. Así han venido los éxitos.
¿Cómo fue el aterrizaje?
Lo primero que intenté fue adaptarme a la plantilla y conocerla. Y que las jugadores me conocieran a mí y a mi equipo. En las primeras semanas de pretemporada nos dimos cuenta de que lo poco que sabíamos lo podíamos llevar adelante. Lo intentamos plasmar y el equipo respondió, progresando. Cada día fuimos apretando mucho más, con entrenamientos de más de dos horas, y hemos visto sacrificio, compromiso y trabajo.
¿No sintió vértigo tras un cambio tan drástico? En la 18/19 ascendió con el Euskalduna a División de Honor Regional.
Me sorprendió todo muy positivamente porque yo soy muy exigente y aprieto mucho. Quería que vieran por dónde íbamos a tirar y la respuesta fue excepcional. También ayudó que todos en el cuerpo técnico y médico tenemos las ideas muy claras.
¿No cambió su forma de trabajar?
Para nada. Nuestro sistema estaba claro, soy un fanático de jugar con tres centrales, aunque teníamos dudas de si podríamos hacerlo así desde el primer momento. Las futbolistas se sorprendieron porque nunca habían jugado de ese modo y creo que ese ha sido parte del secreto y de conseguir esos numeros, con solo 13 goles encajados en 22 partidos. Dos carrileras, mucha gente por dentro y dos delanteras; hemos sido un equipo con mucho ritmo.
Y un muro.
Hemos sido muy competitivos, con solo dos derrotas, la primera en la jornada inaugural contra Osasuna (0-1). Le hemos dado mucha importancia a ese trabajo defensivo y hemos construido desde atrás. Para competir cada fin de semana había que tener un orden táctico y ser un equipo correoso y difícil de ganar. Como el Eibar de Mendilibar, que aprieta, mete mucho ritmo e intensidad. Es cierto que nos costó durante los dos primeros meses pero no hubo nervios porque sabíamos que los resultados iban a acabar llegando.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido?
Que la plantilla ha seguido creyendo en lo que hacíamos. Después de empatar con muchas bajas en casa del filial del Barcelona, todo un equipazo, nos dimos cuenta de que podíamos ir para arriba. Pero el siguiente fin de semana perdimos contra el Madrid CFF. Ese partido nos hizo reflexionar. Nos quedó claro que sabíamos lo que había que hacer, en qué éramos buenas. A partir de ahí entramos en racha, con nueve victorias y tres empates entre las jornadas 11 y 22. Unos números impresionantes.
¿Ha sido un éxito de juego y mental?
Llegamos al parón navideño recortando distancias al líder. Estar ahí era la idea que planteamos en verano. En el arranque de la segunda vuelta pillamos a Osasuna, Alavés y el resto de rivales directos. Nos dimos cuenta que íbamos con una marcha más.
¿Cual es el objetivo de la temporada que viene?
Estos días estamos inmersos en la planificación. En lo deportivo habrá que adaptarse pero el club quiere hacer una apuesta. Seremos el tercer equipo vasco e intentaremos asentarnos. No queremos ser un ascensor. La intención es llegar para quedarnos muchos años.
¿Se esperan grandes cambios en la plantilla?
Contamos con la mayoría de jugadoras. Pérez, Ayestarán, Matsukawa, Calvo, Ibarrola y López acaban contrato y no siguen. Creemos que el bloque se tiene que mantener y luego habrá que intentar acertar con los refuerzos. Más que un numero, queremos aspectos concretos.
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