No soy un marciano y
doy por hecho que la Liga volverá el 11 de junio, como adelantó Javier Tebas
el pasado domingo, pero me sigue chocando asociar verano con fútbol, ni tan siquiera en estas circunstancias de pandemia. Nada parece impedir ya que la competición se retome en 15 días con el Sevilla-Betis.
Estamos a punto de atravesar el final del túnel para volver a cantar ‘bakalaos’, pero no para volver a la normalidad. Sin público en las gradas eso será imposible.
De momento se van a intentar disputar las últimas 11 jornadas del campeonato para salvar un negocio tan lucrativo como inestable, a tenor de lo mostrado estos dos meses de confinamiento. Si vuelve el fútbol significa que volvemos a cierto punto de normalidad y eso es lo más importante.
A nivel personal, el único consuelo que me queda, y está por confirmar, es que los periodistas parece que vamos a poder entrar a los estadios, según leemos en el decreto del Gobierno. Sin los aficionados en sus sitios correspondientes en las gradas, no va a ser lo mismo, pero al menos podremos hacer nuestro trabajo en las debidas condiciones y hacer llegar de la mejor manera posible la emoción del bakalao. Lo iremos contando.
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