Roberto
López no es un canterano al uso. No es uno esos ‘potrillos’ que llegan a Zubieta bien pequeños y van avanzando y quemando etapas como txuri urdin según van pasando los años. La historia de Roberto
López pudo cambiar antes de recalar en la Real.
Con cinco años dejó el fútbol sala para fichar por la UD Amistad de la mano de Kike
Lozano, su descubridor y uno de sus primeros entrenadores: “Me avisan de que hay un chaval que destaca jugando a fútbol sala, voy a verle un par de partidos y decido hablar con la madre para traerlo al club”, cuenta Lozano en conversación con MD. “Se le veía que era distinto, que daba pases con sentido y que no corría como un pollo sin cabeza como se hace a su edad”, remarca el entrenador. Tras convencer a la madre, llega al conjunto maño en benjamines.
“Todo el club sabía que era alguien diferente”, defiende Lozano, que enumera las posibles salidas de Roberto
López que finalmente se terminaron truncando: “En benjamines ya empieza a destacar en la provincia con 10-11 años, brillaba por su increíble golpeo con la zurda, se zafaba de los compañeros con suma facilidad… El chico era diferente y el Zaragoza se interesa por él”, cuenta. La introvertida personalidad de Roberto
López hace que no se mueva todavía: “Es reservado y quería jugar con sus amigos a la vez que iba creciendo”.
Es en Infantil División de Honor cuando los grandes tocan su puerta: “Con 14 años le llama el Villarreal, el Athletic… De hecho estuvo en Lezama entrenando y jugando partidos, pero le dicen que ya tienen jugadores para su posición”, desvela Lozano. En cadetes el Villarreal “se lanza a por él y lo tiene cerrado, pero aparece en escena el Liverpool y la Real también pregunta por él”, dice, contento. Un ojeador ‘red’ se presenta en Zaragoza para convencer al chaval: “Le dije que no podía desaprovechar la oportunidad y se marchó a Inglaterra cuatro días para probar con el Liverpool y visitar Anfield, pero las cosas no salieron como queríamos”, lamenta Lozano, que trata de buscar porqués: “Roberto era tan reservado que creo que se llegó a sentir solo, es muy familiar y no salió bien pese a que el Liverpool estaba encantado”, desvela su descubridor.
En ese compás de espera el Liverpool tampoco mueve ficha y Roberto
López se desespera: “Ve cómo el Villarreal le descarta por ir a Inglaterra, el Athletic tampoco cuenta con él, el Liverpool no se decide… Lo pasó mal, pero entonces apareció la Real y decidimos que era el momento de dar el salto”. Roberto López aceptó la propuesta del club txuri urdin, que la abrió las puertas de Zubieta cuando tenía 15 años para darle el cariño que otros no le dieron.
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