Los Denver Nuggets estuvieron a punto de volver a escribir una historia más que conocida por todos en estos playoffs, la de la remontada ante Goliat con la sorpresa por bandera. Sin embargo, tras remontar 16 puntos los de Colorado no pudieron culminar su actuación y vieron como el partido se les escapaba con un triple sobre la bocina de Anthony Davis.
Los Lakers jugaron con juego y lo hicieron hasta que el reloj dijo basta. Con 0.01 restante en el cronómetro perdían por 103 a 102 pero la canasta imposible de Davis les dio alas y les permitió colocar el 2 a 0 en una eliminatoria que da pruebas de ser mucho más competida de lo anticipado.
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Anthony Davis volvió a encumbrarse como dueño y señor de una serie que es suya, de la que es protagonista y que promete ser la que termine de consagrarle en la élite de la liga. Anoche volvió a irse por encima de los 30 puntos, que acompañó con 9 rebotes, 2 asistencias y 2 tapones. Los Lakers fueron mejores con él en cancha, siempre, y se llevaron el triunfo por los pelos.
El primer cuarto fue la antítesis del que vimos en el anterior enfrentamiento entre ambos equipos, con las defensas como protagonistas y un tanteo bajo que prometía igualdad. Los Lakers se las arreglaron para ir incrementando su ventaja poco a poco y al descanso ya mandaban por 10 puntos.
Los problemas llegaron, como siempre con Denver delante, en la segunda parte. Los Nuggets empezaron a recortar una diferencia que llegó a ser de 16 puntos y dieron un vuelco al marcador que pasó del 70-54 al 86-87 en apenas un cuarto.
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Los angelinos, que no son novatos en este tipo de eliminatorias, volvieron a apretar el acelerador y con LeBron James al frente consiguieron recuperar el mando del encuentro. James acabó la noche con 26 puntos y 11 rebotes, aunque cometió 6 pérdidas que sumaron para las 23 totales de su equipo.
Fueron precisamente estas pérdidas de balón, o la gran defensa de los Nuggets, la que permitió a Denver volver a disputar el encuentro llegado el último cuarto. El marcador otorgaba una ventaja de 8 puntos a los angelinos a falta de 3 minutos pero era la hora de los pívots y de Nikola Jokic.
El serbio cuajó una actuación mucho más serie que en el primer encuentro y terminó con 30 puntos, 6 rebotes, 9 asistencias y 4 robos de balón. Además suyos fueron los últimos 11 tantos de su equipo, en un uno-contra-uno ante Anthony Davis que nos hizo recordar los mejores tiempos de los interiores en la liga.
Jokic y Davis anotaron los 22 puntos finales del encuentro, uno que llegó a los instantes de cierre con el marcador de 102-103 favorable a Denver tras el increíble parcial liderado por el serbio. Sin embargo, el último ataque angelino se cerraría con un tiro imposible que cambió el guion para Denver.
Los Lakers sacaron de fondo con 2,1 segundos restantes en el reloj y Anthony Davis empezó en la frontal, en el lado opuesto. Mike Malone colocó a Jokic delante del sacador para obstaculizar el saque y a Plumlee sobre el pívot angelino; no sirvió de nada. Davis aprovechó el bloqueo de LeBron James, recipiente de todas las miradas, y anotó un triple desde el lateral que le valió el triunfo a los Lakers.
La serie se coloca 2-0 a favor de los angelinos pero Denver volvió a demostrar que uno no puede relajarse jamás cuando se enfrenta a ellos. Anoche volvieron a echar en falta la producción de sus secundarios (entre Jokic, Murray y MPJ anotaron 70 de sus 103 puntos) pero dieron una sólida imagen digna de unas Finales de Conferencia.
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En los Lakers las sensaciones fueron distintas. Frank Vogel sigue atreviéndose a tirar de banquillo y alargar la rotación del equipo. Ayer volvió a contar con 10 jugadores distintos y Rajon Rondo, Alex Caruso o Dwight Howard demostraron que pueden aportar en esta eliminatoria. Ahora, el próximo encuentro podía dejar la serie casi sentenciada para ellos.
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