Los bancos de todo el mundo han despedido a 67.800 personas en lo que va de 2020, según un conteo hecho ayer después de que el gigante financiero Goldman Sachs anunciara un recorte de 400 empleos (el 1% de su fuerza laboral). La pandemia ha acelerado los recortes de plantilla iniciados hace años, como parte de un cambio de paradigma del negocio físico al virtual. Pero el recuento real probablemente sea superior a esos casi 68.000 despidos: muchos ni siquiera se hicieron públicos, especialmente en los bancos no cotizados.
De continuar este ritmo en el tramo final del ejercicio, 2020 acabará en niveles similares a los registrados en 2019, cuando las entidades despidieron a 79.500 personas en todo el mundo. Ambas cifras, sin embargo, palidecen en comparación con el registro de 2015, cuando los recortes supusieron la salida de más de 91.000 empleados.
Más de 30 bancos de Europa, América del Norte, Asia y África han anunciado recortes de plantilla este año. En su mayoría, citaron la necesidad de recortar gastos, las malas perspectivas derivadas de la pandemia y la necesidad de invertir en tecnología y en adaptación de su negocio a las últimas regulaciones sectoriales como principales motivos detrás de los tijeretazos.
Los bancos radicados en Europa, los que peor se recuperaron de la crisis financiera y que llevan años lastrados por unos tipos de interés bajo cero, se llevan la palma de los despidos. En buena medida, ese fenómeno tiene que ver con la decisión del británico HSBC de reducir su nómina total en 35.000 empleados para reducir sus costes en casi 4.000 millones de euros. Fue en febrero, cuando la pandemia aún no era un fenómeno mundial.
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