En la previa del delicado duelo de este martes ante el Inter en Champions (21.00, Movistar Liga de Campeones), Zinedine Zidane volvió a uno de sus discursos clásicos en tiempos peliagudos: la unión interna. “Fuera se habla de que no tienen más, de que tenemos que cambiar y esas cosas, pero desde dentro te puedo decir que quieren competir, jugar, ganar… Es una plantilla que todavía puede ganar muchas cosas. Disfruto del día a día con ellos”, aseguró cuando se le preguntó, en realidad, por la importancia del tridente de ataque Benzema-Asensio-Hazard y su posible comparación con la BBC (Benzema-Bale-Cristiano).
Este mensaje de apretar filas fue el mismo de hace dos semanas, cuando todo se torció tras caer contra el Cádiz y el Shakhtar en casa antes de viajar al Camp Nou. Ahora, ante los italianos el Madrid se juega buena parte de su futuro en Europa, porque apenas acumula un punto después de las dos primeras jornadas de liguilla, frente a los dos de los neroazzurri y del Mönchengladbach, y los cuatro del conjunto ucraniano.
“Es una final, como el otro día contra el Huesca. Aquí cada día es una final. Nos enfrentamos a un rival muy físico que también juega bien al fútbol”, comentó el técnico blanco. “No pienso en que mi futuro pueda depender de este encuentro. Tenemos la suerte de disputar un partido de Champions. El resto es inevitable”, añadió. Enfrente tendrá a un viejo compañero suyo en la Juventus, Antonio Conte, desde hace un año a cargo del banquillo interista. “No estamos en contacto todos los días, no nos llamamos de forma regular últimamente. La relación es buena. Cuando me estuve preparando como entrenador, fui a Turín y estuve hablando con él, todo fue fantástico. Cuando era jugador, él era capitán e importante en nuestro equipo. Es normal que se haya convertido en técnico, no me sorprende”, señaló el preparador francés.
Al choque el Madrid llega con una defensa en precario. Sufría las lesiones de Carvajal, Odriozola y Nacho, y este martes por la mañana se conoció la baja de Militão, positivo en coronavirus. Así que los blancos acudirán sin sus tres primeros laterales derechos y con solo dos centrales puros: Ramos y Varane. Este último, que compareció antes que Zidane, redundó en la idea de “una final” y reconoció que a su equipo le falta regularidad. No obstante, y para tranquilidad de Varane, pese a las bajas de muchos jugadores de la línea de atrás que se acumulan en la enfermería, sí estará Ramos. Nadie sufre más que el central galo cuando no está el sevillano. Hace tres meses en Mánchester dos fallos suyos condenaron al Madrid y hace dos semanas se metió un autogol ante el Shakhtar en Valdebebas (2-3). “Eso es pasado. Hay que aprender de él para salir más fuertes y mejores. Cuando ganamos decimos que no podemos vivir del pasado. Pues cuando perdemos, lo mismo”, subrayó.
“No sé si es casualidad, pero sin él no hemos estado bien a nivel defensivo en la Champions. Aporta mucho a nivel colectivo, ese carácter que tiene. Yo le hago mejor y él me hace mejor también. Sabemos la importancia de Sergio, pero tenemos que estar todos juntos. Como defensa siempre me siento más cómodo cuando el equipo defiende más compacto. Cuando está peor y no defendemos bien, atrás tenemos que tomar decisiones más complicadas”, analizó.
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