De un lado de la frontera, la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, reconocía este sábado la “enorme generosidad” de Colombia para dar acogida a 1,7 millones de migrantes venezolanos en su territorio desde Cúcuta, la principal ciudad colombiana sobre una extensa y porosa línea limítrofe. Del otro, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que encabeza al régimen que ha provocado un éxodo sin antecedentes en la región, calificaba esa visita enmarcada en la cooperación internacional como una agresión.
“Vamos a revisar a fondo toda la relación con España, a todo nivel”, anunció el mandatario en un paso más en su reciente escalada de tensiones con los países europeos. “Se lo advertimos al Gobierno de España a tiempo, vamos a responder de manera contundente cualquier agresión que venga, sea de palabra, sea de acción, sea diplomática, sea política”, añadió durante su participación en el Congreso Bicentenario de los Pueblos. “¿Qué hace la canciller de España en la frontera de Colombia con Venezuela en vez de irse al Mediterráneo a buscar a los refugiados y a la gente que huye de África? ¿Por qué la canciller de España viene a meterse en los asuntos de Venezuela?”, se preguntó el heredero de Hugo Chávez.
“Yo no tengo absolutamente ninguna interpretación que hacer sobre sus declaraciones, yo lo único que pido es el mismo respeto que ofrezco. Ni más, ni menos”, dijo González Laya en la noche, poco antes de abordar su vuelo de regreso a Madrid, en un encuentro con medios españoles en el que participó EL PAÍS. “Yo he visitado Colombia, he visitado una serie de proyectos financiados por la cooperación española, y lo he hecho dentro del respeto a este país y a todos sus vecinos. Y el mismo respeto que yo predico, es el mismo respeto que yo exijo”, zanjó la jefa de la diplomacia española. La gira estuvo precedida por las fricciones entre Caracas y Bruselas. Maduro decidió expulsar a la embajadora de la Unión Europea, Isabel Brilhante, ante las nuevas sanciones adoptadas por el bloque, mientras los 27, en represalia, declararon persona non grata a la embajadora de Venezuela ante la Unión Europea.
La visita de tres días que cerró González Laya en Cúcuta, después de haber sostenido encuentros con empresarios y diversas autoridades en Bogotá, estaba enmarcada en tres propósitos. Fortalecer las relaciones entre Bogotá y Madrid y proyectarlas al escenario de recuperación económica posterior a la pandemia; respaldar la implementación del acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC, y apoyar los enormes esfuerzos de Colombia, por mucho el principal país de acogida de los migrantes venezolanos.
Más de cinco millones de venezolanos han huido de una devastadora crisis económica e institucional en los últimos años. Con más de 2.200 kilómetros de frontera común, Colombia acoge más de 1,7 millones de ciudadanos que salieron del país vecino empujados por la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas o la inseguridad. Bogotá anunció este mes un estatuto temporal de protección que se propone regularizar a los venezolanos que se encuentran en el país, y beneficiará especialmente a cerca de un millón que están indocumentados, de acuerdo con las cifras de Migración Colombia.
González Laya se ha sumado a las figuras internacionales que han agradecido al Gobierno de Iván Duque haber puesto en marcha el estatuto, que tendrá una vigencia de 10 años. En Cúcuta, donde visitó entre otras cosas un hospital y un albergue infantil, la ministra de Exteriores destacó el papel de la cooperación para paliar el impacto de la emergencia provocada por el éxodo.
“No estoy aquí para criticar a Venezuela, ni para dar lecciones a Venezuela, estoy aquí para intentar junto con la comunidad internacional dar una respuesta a los ciudadanos venezolanos que han decidido abandonar su país y venir a Colombia en búsqueda de una mejor vida. En ellos tenemos que concentrarnos hoy”, había declarado la diplomática desde el puente internacional Simón Bolívar, que conecta a la zona metropolitana de Cúcuta con el estado venezolano de Táchira, antes de que se conocieran las palabras de Maduro. “Qué duda cabe que romper puentes, cortar diálogos, expulsar a nuestros diplomáticos, no ayuda en esa labor de diálogo”, razonó al reafirmar que “modestamente, España apuesta por el diálogo para solucionar el conflicto político en Venezuela”.
“Los fondos y los recursos nuestros no son suficientes para atender esta crisis gravísima que estamos sufriendo en la frontera”, señaló por su parte la canciller colombiana, Claudia Blum, al agradecer una vez más la conferencia de donantes que el año pasado organizó España en conjunto con la Unión Europea para apoyar a los países receptores. En este 2021 habrá otra conferencia de seguimiento en Canadá.
En paralelo al fenómeno migratorio, Duque ha dado su apoyo ilimitado como presidente interino de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó, es un crítico feroz de Maduro y promueve un “cerco diplomático” sobre el régimen chavista, al que acusa de dar cobijo en su territorio a las disidencias de las FARC y la guerrilla del ELN.
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