Marcelo regresó al once contra el Eibar por primera vez desde el pasado 9 de febrero y lo hizo en la misma posición que ocupó en su última titularidad, contra el Getafe: de carrilero izquierdo en una defensa de tres centrales. El brasileño evidenció de nuevo que se encuentra más cómodo ejerciendo con más libertad y sin tanta responsabilidad defensiva, faena que recayó en Mendy, capacitado tanto para jugar de central como lateral.
Contra el equipo armero Marcelo apareció por posiciones interiores y dio fluidez al ataque blanco combinando con Modric, Asensio, Isco o Benzema. Ejerció de socio de todos en la zona de tres cuartos e inclinó el campo hacia la portería de Dmitrovic para desesperación del Eibar, que nunca pudo contrarrestar el sistema ideado por Zinedine
Zidane.
En los 68 minutos que estuvo sobre el terreno de juego antes de ser sustituido por Arribas, el jugador brasileño dio 38 pases buenos, erró siete entregas, puso tres centros y dio tres pases de espaldas, según datos de Opta,
La facilidad de Marcelo para moverse entre líneas y su capacidad técnica para generar ocasiones a partir de los centros o del regate le convierten en un recurso muy útil para Z
i
nedine
Zidane. A tenor de lo visto esta temporada, el francés podría haber aprovechado el duelo contra el Eibar como banco de pruebas antes de recibir al Liverpool el próximo martes en la ida de los cuartos de final de la Champions.
Las baja segura de Sergio
Ramos en el centro de la defensa y la previsible ausencia de Fede
Valverde en la medular podrían obligar a Zidane a recurrir al brasileño como carrilero/centrocampista, una solución que podría ser eficaz ante la presión adelantada y el ritmo que suele imponer el equipo de Klopp. Las dudas respecto al brasileño están en su estado físico. La edad y la inactividad le pueden pasar factura y prueba de ello es que Zidane, contra el Eibar, le quitó en el ecuador del primer tiempo.
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