La Iglesia católica ingresó 301 millones de euros correspondientes al IRPF de 2019, el último liquidado, de acuerdo con la Memoria Anual de Actividades presentada este miércoles por la Conferencia Episcopal. La cifra representa un crecimiento anual del 5,6%, y se produce principalmente por el aumento del número total de contribuyentes en ese ejercicio, con la economía creciendo antes de la pandemia de coronavirus. Casi 7,3 millones marcaron la casilla en la declaración de la renta para destinar un 0,7% de sus impuestos a la Iglesia, lo que significa un 32,15% de los que presentaron declaración. Este porcentaje cayó más de un punto respecto al año anterior y es el más bajo de la última década.
Por comunidades, el apoyo a la Iglesia en la declaración de la renta varía mucho: desde el 45% de Castilla-La Mancha y La Rioja, el 43% en la Región de Murcia o el 42% de Castilla y León hasta, en el extremo contrario, el 16,9% en Cataluña o el 24% en Galicia. En Madrid marcaron la casilla un 38% y en Andalucía, un 39%.
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De los recursos de la Iglesia, un 79% se envió para el sostenimiento de las diócesis, un 8,6% pagó las cotizaciones a la Seguridad Social del clero y un 2,4% fue una aportación extraordinaria a Caritas. Esta organización (cuya financiación llega principalmente de la otra casilla, para fines sociales, en el IRPF) prestó ayuda a 2,4 millones de personas en 2019, 1,4 millones de ellas en España. En total, la Iglesia cuenta con 9.163 centros sociales y asistenciales, un 71% más en 10 años, que beneficiaron a unos cuatro millones de personas entre personas expuestas a la pobreza y la marginación, inmigrantes, menores o discapacitados.
La memoria da cuenta de las actividades de la Iglesia en España, y muestra un acusado descenso de la celebración de matrimonios religiosos: en 2019 fueron 36.650, lo que significa un 29% menos de los niveles de 2015. Los bautizos fueron 175.844, una caída del 14% en cuatro años.
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