Cuando arrancó la Ligue 1 2020/21 el Lille ni mucho menos era el favorito para alzar el título, pero lo ha logrado con total merecimiento. El rival a batir, tanto para el mencionado club norteño como para otros 18, inevitablemente era el Paris Saint-Germain, pero los de Cristophe Galtier han sido los únicos que han mostrado la consistencia necesaria como para dejar a Neymar, Mbappé y compañía sin un título de liga que se daba por hecho.
No obstante, a pesar de no tratarse del principal favorito al título, el Lille sí partía como una de las alternativas a poner en aprietos al PSG. Con una plantilla dibujada por Luis Campos, director deportivo que abandonó la entidad el pasado mes de diciembre, y la sabiduría de Galtier en el banquillo, los ‘dogos’ han sabido hacerse fuertes para lograr un campeonato que no conseguían desde 2011.
Por aquel entonces las estrellas del equipo eran Moussa Sow (24), máximo goleador del campeonato con 25 goles, Gervinho (23) y un jovencísimo Eden Hazard (19). Y en esta ocasión, en cierto modo se repite la fórmula del protagonismo para el talento emergente.
La lista de futbolistas jóvenes que tienen pinta de estar en el Lille de paso porque tarde o temprano inevitablemente llegarán a un gigante de Europa con mayores aspiraciones es numerosa. El central holandés Sven Botman (20), el lateral tunecino Zeki Celik (23), el también defensa croata Domagoj Bradaric (21) y los eléctricos Jonathan Ikoné (22) y Jonathan Bamba (24).
Pero por encima de los mencionados han brillado tres figuras, siendo dos de ellas de la cosecha del 1999 y el 2000. Por una parte, el ‘todocampista’ Boubakary Soumaré, uno de esos habitantes de la sala de máquinas que cualquier entrenador querría para su medular. Trabajador infatigable de los que aporta equilibrio y a ello le suma que para nada tiene mal pie. Y por la otra, el delantero canadiense Jonathan David, nacido en el 2000. Un atacante moderno, inteligente y potente, capaz de ocupar espacios con eficiencia máxima. Y con gol, claro.
Arriba, ‘la pasión turca’
Por último, mención a parte merece Burak Yilmaz, que no es tan joven como los mencionados, pero resulta esencial para explicar el éxito de este Lille. Tiene 35 años ya el turco, pero no por ello ha dejado de ser el máximo goleador de este equipo. La gloria que el fútbol le había negado anteriormente la ha encontrado en Francia, un destino al que llegó casi de rebote.
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