El Gobierno y las comunidades decidirán la semana que viene si revisan el protocolo sanitario de los centros educativos. El martes 4 de enero se celebrará una reunión intersectorial de los ministros de Sanidad, Educación y Universidades con los consejeros de las respectivas carteras de las comunidades autónomas para analizar la vuelta a las clases. Según fuentes del Ejecutivo, no está previsto, de momento, retrasar el inicio de las clases ni cambiar el actual protocolo sanitario, aunque no es descartable que acabe habiendo algún cambio en las normas de prevención ante el vertiginoso aumento de casos que está generando la variante ómicron.
El Gobierno considera que, pese al repunte de casos registrado en las últimas semanas del primer trimestre, el impacto global en los centros educativos seguía siendo bajo y se concentraba en los colegios de infantil y primaria, cuyo alumnado todavía no estaba vacunado, como ha puesto de manifiesto este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Este miércoles, el 25% de los niños de cinco a 11 años había recibido la primera dosis. “El modelo educativo de presencialidad en las aulas es un éxito y es el modelo del Gobierno de España, porque las aulas son espacios seguros”, ha declarado la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
De momento solo Madrid ha confirmado que estudia una vuelta a las aulas semipresencial para los alumnos más mayores. Su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, ha dicho que la decisión se tomará con “pocos días de antelación”. La secretaria de Salud Pública de Cataluña, Carmen Cabezas, se ha mostrado partidaria de que las escuelas abran “con normalidad” el 10 de enero, una postura similar a la que ha mantenido la consejera de Salud de Baleares, Patricia Gómez. También han defendido una vuelta a las clases presencial los presidentes de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page y el vicepresidente de la Junta de Extremadura, Juan Antonio González. El consejero murciano de Salud, Juan José Pedreño, ha dicho que hay que esperar a ver la “evolución de los datos epidemiológicos”. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha afirmado que su Ejecutivo mantiene, de momento, la previsión de volver a clase el 10 de enero. Y ni Asturias, ni Cantabria ni La Rioja prevén a estas alturas grandes cambios.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La ONG Save the Children ha pedido que el cierre de los centros educativos se descarte “o, en todo caso, sea la última opción”. Y la Plataforma Regional por la Escuela Pública de Madrid, que reúne a los principales sindicatos docentes y entidades de la comunidad educativa de la comunidad, ha reclamado que la reanudación del curso sea “segura y presencial”.
Final con problemas
El primer trimestre del curso terminó con problemas en los colegios de infantil y primaria. En diciembre se alcanzó un récord de brotes escolares (se considera brotes cuando hay tres o más contagios relacionados en un centro). Fueron 463, concentrados en estas etapas educativas, cuyos alumnos empezaron a ser vacunados pocos días antes del inicio de las vacaciones de Navidad. La última semana de clases fueron confinadas 5.433 aulas, un 1,3% del total.
El impacto en infantil y primaria fue superior al que sugiere dicho porcentaje, porque casi todos los cierres se concentraron en estas etapas (en secundaria los protocolos solo contemplan cuarentenas de toda la clase en casos muy excepcionales). Y porque algunas comunidades, como Cataluña, han cambiado los criterios para considerar confinada un aula (si el docente está vacunado y sigue asistiendo al centro, el grupo no se considera confinado, aunque todos los niños deban quedarse en sus clases).
Aumento de casos en adolescentes
Los institutos aguantaron mucho mejor, debido según los expertos a la vacunación de los adolescentes, que redujo los contagios y evitó que los contactos estrechos de los positivos tuvieran que confinarse automáticamente, como sí sucede en los colegios. En las últimas dos semanas, sin embargo, las infecciones están creciendo rápidamente en este grupo de edad (la incidencia se situó el martes en 1.250 casos en la franja de 12 a 19 años, cerca de la media de la población general, de 1.360). Los epidemiólogos lo atribuyen a que, pasados cuatro o cinco meses desde su vacunación, la inmunidad de los adolescentes ante los contagios ha empezado a decaer (aunque se mantenga la protección frente a la enfermedad grave). Ello, unido a la ómicron, hace prever que la situación en los institutos de secundaria también será menos tranquila en enero.
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