Sánchez reinicia el curso con tono electoral y exalta la reforma laboral

Quedan dos años justos de legislatura, pero el PSOE y su líder, Pedro Sánchez, están ya en actitud de campaña electoral, con los comicios de Castilla y León del 13 de febrero como primer hito. El presidente del Gobierno aprovechó este viernes su intervención ante el Comité Federal socialista para animar a su partido a reivindicar la gestión del Ejecutivo, ante la ofensiva del PP, cuyo líder, Pablo Casado, ha endurecido su discurso y plantea las elecciones en Castilla y León como parte de un itinerario triunfal que se inició en Madrid en mayo de 2021 y que, según sus planes, seguirá después en Andalucía y tendrá como estación término La Moncloa.

En su regreso a la actividad pública tras un breve descanso, Sánchez pidió a los suyos que defiendan con especial ahínco la reforma laboral, que el Congreso debe convalidar antes del 7 de febrero. El presidente reclamó a su partido que empuje para que los demás grupos respalden el nuevo Estatuto de los Trabajadores, y se lanzó contra el PP, cuya intención de votar en contra pone en riesgo un texto que cuenta con el acuerdo entre empresarios y sindicatos. “¿Qué intereses defiende la oposición si se resiste a apoyar los intereses de los empresarios y trabajadores, qué intereses defiende, qué pone por encima de los intereses de España? Pedimos a todas las formaciones políticas que se sumen, que arrimen por esta vez el hombro”, exhortó Sánchez durante una reunión semipresencial del Comité Federal del PSOE en un hotel de Madrid.

Sánchez emplazó también a sus aliados a que cedan con la reforma laboral. “Cada grupo tendrá alguna objeción. Las tiene la patronal y los sindicatos, y también el Gobierno. Por eso es un acuerdo. No hay acuerdo si no cedemos todos en algo”, insistió.

El presidente pidió al PSOE que defienda una norma clave que los socialistas quieren convertir rápidamente en un referente suyo, aunque la negociación la haya liderado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de Unidas Podemos. “Os pido que nos volquemos estas semanas en el PSOE en defender el acuerdo de la reforma laboral. Hay razones de sobra. Es una reforma laboral ambiciosa. Vamos a luchar contra la precariedad y el alto desempleo. Se va a penalizar la contratación de baja duración. Un tercio de las relaciones laborales en España ahora duran cinco días. Vamos a poner fin a la subcontratación. Situamos la negociación colectiva en el centro. Esta reforma responde a las exigencias de Europa. Y es una buena reforma porque está acordada entre trabajadores y empresarios”, reivindicó.

Sánchez aprovechó el Comité Federal para lanzar la candidatura de Luis Tudanca, el líder del PSOE en Castilla y León, que subió a la tribuna después del presidente. El presidente se volcará en estos comicios, aunque en el PSOE aún no han cerrado su agenda preelectoral. De momento, estará este domingo en Palencia con Tudanca en la presentación oficial de su candidatura, y habrá seguramente más actos. Mientras Pablo Casado, que como líder de la oposición tiene más margen de maniobra, estará casi de forma permanente en su comunidad de origen —nació en Palencia y ha sido diputado por Ávila, aunque casi toda su carrera política la ha hecho en Madrid—.

Casado entrará en escena este sábado, en su primer acto de precampaña con Alfonso Fernández Mañueco, presidente y candidato del PP, aunque tendrá que participar de forma telemática porque sigue confinado por haberse contagiado de covid. Casado va a buscar el protagonismo en estas elecciones: el líder del PP recorrerá la comunidad con su propia agenda, no siempre acompañando a Mañueco.

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La campaña marcará el inicio de un año que se presumía tranquilo, pero que se ha alterado completamente con el adelanto electoral en Castilla y León. Sánchez insistió en todo su discurso en comparar dos formas de gobernar y de gestionar una crisis: la del PP en la última, la financiera, y la del PSOE en esta, la pandémica. Mientras los populares, según recordó, aprobaban recortes y reformas como la de las pensiones o la laboral sin consenso, que llevaron a movilizaciones, los socialistas esta vez han logrado acuerdo con sindicatos y patronal tanto en pensiones como en la laboral. Y es el PSOE y la coalición progresista quien logra consensos y estabilidad política. “De este lado hay certezas. Estabilidad. ¿Qué hay del otro lado? No podemos esperar nada de una derecha que no tiene proyecto político y es rehén de la ultraderecha”, clamó.

Sánchez reivindica los datos de empleo, la protección de los ERTE y el crecimiento de los salarios con la coalición. “Hemos protegido a 4,5 millones de trabajadores que hoy estarían desempleados si no fuera por los ERTE. Y los salarios han seguido creciendo. Hemos promovido un gran pacto de rentas que supone que en 2021 la remuneración ha crecido 1,7 puntos sobre 2019. Entre 2008 y 2018 esa remuneración bajó en 3,5 puntos. Queremos salarios dignos. Eso se llama socialdemocracia”, insistió.

Casado, por su parte, se centrará también en la economía para atacar a Sánchez y sobre todo sus alianzas. Este viernes, el líder conservador criticó que Sánchez preside “el Gobierno más radical de nuestra historia democrática y de toda la UE” y le acusó de mentir “al negar la pandemia, indultar golpistas, acercar etarras y subir impuestos” y de “incompetencia al liderar el paro, la inflación y el déficit del mundo desarrollado”.

Casado sabe que las perspectivas electorales son muy buenas para el PP. Castilla y León es un feudo de la derecha, donde gobierna desde hace más de tres décadas —aunque el PSOE ganó las últimas elecciones autonómicas— y algunas encuestas apuntan a que Mañueco roza la mayoría absoluta. Casado quiere apoyarse en la previsible victoria del barón sorayista para coger impulso hacia las generales. Ese triunfo le serviría además para desligar el ascenso del PP de Isabel Díaz Ayuso, porque ya no sería solo la presidenta de Madrid, con la que está enfrentado, la única responsable de la recuperación de la marca.

Polémica sobre las macrogranjas

El presidente del Gobierno ha hecho un análisis de la situación política, coincidiendo con el segundo aniversario de su investidura y en plena polémica por las manifestaciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, contra las macrogranjas, en una entrevista al periódico británico The Guardian de las que se ha desmarcado la parte socialista del Ejecutivo. Sánchez no ha hecho ninguna mención específica a las palabras de Garzón, más allá de señalar de forma genérica que el PSOE “cumple con los agricultores y ganaderos aprobando la PAC”. Pero en los pasillos, antes de entrar a la reunión, varios presidentes autonómicos y dirigentes socialistas han cargado con dureza contra el líder de Izquierda Unida. En especial el de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, y el candidato en Castilla y León, Luis Tudanca. El PP está utilizando la polémica contra el PSOE en esta fase de precampaña en una comunidad con fuerte presencia de la industria ganadera, y los socialistas cargan contra Garzón, algo que desde Unidas Podemos tachan de “desleal”. El ministro insiste en que la posición que él mantiene contra las macrogranjas es “de Gobierno” y es la misma que defienden los expertos y que es mayoritaria en la UE. De hecho, gobiernos como el de Holanda están preparando legislaciones contra estas macrogranjas por su impacto ambiental. La polémica está generando una importante tensión interna en la coalición porque Unidas Podemos respalda a su ministro frente al PP, pero el PSOE le pide que rectifique. Precisamente, el Comité Federal de este viernes ha servido para que los socialistas y el propio Sánchez respalden a Tudanca y lancen su candidatura.


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