Yolanda Díaz reúne a los ministros de Unidas Podemos para aplacar la división interna

La vicepresidenta Yolanda Díaz, y la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, en un acto el pasado julio en Madrid.
La vicepresidenta Yolanda Díaz, y la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, en un acto el pasado julio en Madrid.Cézaro De Luca (Europa Press)

La respuesta del Gobierno ante el conflicto en Ucrania y el envío de armamento al país ha desatado una crisis dentro de Unidas Podemos. Después de varios días de declaraciones cruzadas, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, reunió este lunes al resto de ministros y secretarios de Estado del grupo para tratar de rebajar las tensiones. Un encuentro que las fuentes consultadas califican como positivo y que siguió a un primer contacto el domingo entre la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y Díaz, en el que pactaron suavizar el tono con el PSOE.

Ya por la mañana, el partido fundado por Pablo Iglesias, que ha sido el que ha mostrado con mayor beligerancia su rechazo al envío de armas, cerró filas con Díaz y reiteró su apoyo para que sea candidata en las próximas elecciones generales. “Es evidente que hay diferencias”, admitió la portavoz de la formación, Isa Serra, minutos después de la Ejecutiva del partido, pero puntualizó: “Estamos de acuerdo en la importancia de pararle los pies a Putin, en la importancia de las vías diplomáticas. Yolanda Díaz es nuestra candidata y por eso apostamos”.

El cambio de posición del presidente Pedro Sánchez, que hasta hace una semana mantenía que solo entregaría armas a Ucrania a través de la Unión Europea, causó un profundo malestar en Podemos el miércoles pasado, que se apresuró a rechazar la medida cuando el debate no se había cerrado aún dentro del grupo parlamentario y provocó una división entre los diputados. Enseguida los ministros de Consumo, Alberto Garzón, y Universidades, Joan Subirats, se alinearon con Díaz para respaldar al mandatario en un tema muy sensible para la izquierda y que ha servido para escenificar el enésimo encontronazo entre la política gallega y las ministras Belarra e Irene Montero.

A tan solo unas semanas de que la vicepresidenta dé el pistoletazo de salida al proceso para conformar una plataforma política propia que pueda concurrir en las elecciones —unos planes que se mantienen, según su entorno, aunque no hay aún una fecha concreta para el arranque—, Garzón suscribió el domingo un artículo de la revista LaU, que él mismo dirige, en el que se señalaba que era “probable”que la vicepresidenta se encontrase “sufriendo un momento de asfixia por parte de las fuerzas políticas que forman el espacio, y cuyas presiones reducen su margen de intervención”. El coordinador federal de Izquierda Unida, que maneja una posición distinta a la de su partido —contrario al envío de armas—, alertaba en él del riesgo de que ante un hipotético adelanto electoral, Díaz pudiera decidir apartarse y no ejercer como cabeza de lista. “Lo más probable sería un acusado retroceso de Unidas Podemos que llevaría al espacio a un punto de no retorno, tanto a nivel político como organizativo”, vaticinaba.

“La izquierda debe afrontar esta crisis con responsabilidad, coherencia y altura de miras política, evitando profundizar tiranteces internas que, en cualquiera de los casos, solo pueden contribuir al debilitamiento del espacio político de Unidas Podemos y, por consiguiente, al fortalecimiento del PSOE y de las salidas antidemocráticas en sus distintas expresiones”, defendía.

“El momento exige dirigentes políticos responsables y de altura”, insiste el texto difundido por Garzón. El ministro, quien en los últimos tiempos ha estrechado lazos con la vicepresidenta a pesar de las diferencias del pasado, ha mantenido estos días una comunicación fluida con Díaz. Su posición ha contrastado con la defendida por IU, que tachaba estos días, en boca de su portavoz, Sira Rego, el envío de armas como “parte del problema”. Una posición compartida por el secretario general del PCE, Enrique Santiago, para quien la medida “no sirve para nada y puede dificultar una salida diplomática urgente”.

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Podemos respondió este lunes en rueda de prensa que no comparte el análisis de Garzón. Para la formación, la respuesta al conflicto de Ucrania es un tema sobre el que no puede permanecer callado. Como partido, se debe a unas bases, razonan algunas fuentes, —Díaz, sin embargo, no milita en la formación— y la dirección destaca que Podemos representa a un sector importante de la población española que se caracteriza por un “sentimiento muy importante pacifista”. En una intervención en Rac1, el exvicepresidente Iglesias, que en los últimos días criticó la postura defendida por Díaz, insistió en la vía diplomática y advirtió de que la solución “no va a ser bonita ni va a ser una solución en la que ganen los buenos”, en alusión a las contradicciones que pueden representar las propuestas para una salida del conflicto.

Desde Barcelona, la alcaldesa Ada Colau, de los comunes, uno de los principales apoyos de la titular de Trabajo, respaldó su posición. Para ella “lo que daría más alas a la militarización y a la escalada es un Gobierno debilitado del que se aprovechara la extrema derecha” y pidió al Ejecutivo de Sánchez que no se muestre desunido. Las discrepancias entre las distintas familias de Unidas Podemos, por tanto, persisten, pero todas las partes hicieron este lunes un esfuerzo por rebajar la tensión.

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