Eden Hazard será operado de nuevo. El Real Madrid comunicó este viernes que el belga de 31 años pasará por el quirófano para retirarle la placa de osteosíntesis en el peroné derecho. Fue la que le colocaron hace dos años, en febrero de 2020, tras su recaída de la grave lesión que había sufrido tres meses antes por la patada de su compatriota Meunier en un Madrid-PSG. La intervención será el próximo martes en la capital de España.
Según el club blanco, la baja estimada es de unas cuatro o cinco semanas, plazos que, si se cumplen, todavía le permitirían llegar a tiempo para los últimos compromisos de la temporada. “Tenía que hacerlo, era imperativo para su salud. Eden estaba, pero no estaba. No se podía retrasar más. Retirarle la placa no solo es bueno para su pierna, sino para la interiorización suya mental de que la pierna vuelve a estar perfecta”, afirmaron fuentes de la entidad.
La noticia confirma la sospecha y la sensación generalizada de quienes han visto jugar al atacante en las tres últimas temporadas: su físico y mente nunca se llegaron a recuperar del todo de la lesión de noviembre de 2019 y la recaída de febrero de 2020. El jugador ha creído que lo mejor para tratar de sacudirse la continua incomodidad en esa zona era retirar la placa y devolver su carrocería al kilómetro cero para afrontar la recta final de su carrera en las mejores condiciones posibles. Con el Madrid le restan dos campañas de contrato.
A veces por molestias en el tobillo derecho, otras por no sentirse seguro y fuerte en esa zona, y el resto por ambas, lo cierto es que la trayectoria de Hazard en sus tres campañas en el Bernabéu ha sido una secuencia permanente de penalidades y arranques en falso que lo han sacado del carril y lo han convertido en un futbolista irrelevante sobre el césped. En los últimos cinco partidos ni ha aparecido y desde febrero apenas suma 45 minutos en cuatro ratos. Carlo Ancelotti ha insistido en las últimas semanas que el belga se encontraba bien y que su falta de protagonismo no se debía a problemas físicos, sin embargo, el capítulo de su tobillo nunca se cerró y ahora vuelve a pasar por el quirófano.
Caída en dos actos
Su vida futbolística empezó a torcerse un 26 de noviembre de 2019 en el Bernabéu ante el PSG al recibir un fuerte impacto de Meunier en el tobillo derecho, y se torció del todo un 22 de febrero de 2020 en el campo del Levante, al golpear de tacón. Su caída contra el equipo francés se produjo cuando ya empezaba a asomar su fútbol después de un inicio de campaña complicado debido a la evidente fuera de forma física con la que se incorporó a Valdebebas a la vuelta del verano. Esa noche, en Chamartín, acabó con una microfisura. Permaneció 82 días de baja y, en su regreso a los campos, solo aguantó dos encuentros incompletos. En el segundo, frente al conjunto granota, sufrió otra lesión en la misma zona, lo que le empujó al quirófano. Ahí le colocaron la placa de osteosíntesis en el peroné derecho que ahora le quitarán.
Desde aquellos dos episodios, Hazard nunca se pareció a Hazard. De hecho, casi nunca se acercó. En 65 encuentros suma la cifra famélica de seis tantos y 10 asistencias, y solo la apuesta de sus entrenadores, sobre todo de Zidane, por recuperarlo le han concedido más minutos de lo que su juego invitaba. El técnico francés no perdió la ocasión de ponerlo en órbita en cada uno de sus regresos, con resultado nulo. Lejos quedaba aquel Hazard del Chelsea, que en 352 duelos amasó 110 dianas, 92 asistencias y una incidencia en el juego que lo situaron en el peldaño inmediatamente posterior a la élite de Cristiano y Messi. El Madrid lo convirtió en el fichaje más caro de su historia (115 millones), pero el belga quedó pronto atrapado en la enfermería.
Ancelotti, a diferencia de Zizou, intentó reflotarlo, pero no ha insistido más de la cuenta, especialmente desde que explotó Vinicius por su banda izquierda. Hace meses, el italiano dejó claro que esa posición era del brasileño, así que el belga, siempre que ha compartido campo con él, se ha tenido que buscar las lentejas en otras áreas, como la mediapunta o la derecha. Ahora, con su vuelta a la sala de operaciones persigue un nuevo intento, tal vez el último, de rehabilitarse como futbolista.
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