Parece que todos los anuncios de financiación y productos de software en estos días incluyen algún tipo de referencia a plataformas o funcionalidades “sin código”. Las frecuentes devoluciones de llamada a este término de moda reflejan que nos damos cuenta de que estamos entrando en una nueva era de software.
Al igual que en la nube, la ausencia de código no es una categoría en sí misma, sino un cambio en la forma en que los usuarios interactúan con las herramientas de software. De la misma manera que las PC democratizaron el uso del software, las API democratizaron la conectividad del software y la nube democratizó la compra y la implementación de software, ningún código marcará el comienzo de la próxima ola de innovación empresarial mediante la democratización de los conjuntos de habilidades técnicas. Ningún código permite a los usuarios comerciales hacerse cargo de la funcionalidad que antes pertenecía a los usuarios técnicos al abstraer la complejidad y centrarse en un flujo de trabajo visual. Este profundo cambio generacional tiene el poder de tocar todos los mercados de software y todos los usuarios de la empresa.
La pila de tecnología empresarial promedio nunca ha sido más compleja
En un mundo perfecto, todas las aplicaciones empresariales estarían debidamente integradas, cada front-end sería brillante y pulido, y los procesos internos serían eficientes y automatizados. Por desgracia, en el mundo real, los equipos de ingeniería y TI dedican una parte desproporcionada de su tiempo a combatir incendios en la seguridad, corregir errores internos de productos y realizar auditorías de proveedores. Estos equipos están a punto de estallar, gastando aproximadamente el 30% de su recursos construcción y mantenimiento de herramientas internas, torpedeando la productividad y deuda técnica compuesta.
Setenta y dos por ciento de los líderes de TI ahora dicen que los retrasos en los proyectos les impiden trabajar en proyectos estratégicos. La contratación por sí sola no puede resolver el problema. La demanda de talento técnico supera con creces la oferta, como lo demuestra el hecho de que seis de cada 10 CIO esperan que la escasez de habilidades impida que sus organizaciones sigan el ritmo del cambio.
Al mismo tiempo que los equipos de TI e ingeniería se esfuerzan por mantener las aplicaciones internas, los equipos comerciales siguen agregando herramientas fragmentadas de terceros para aumentar su propia agilidad. De hecho, la empresa promedio está apoyando 1200 aplicaciones basadas en la nube en un momento dado. Al carecer de soporte interno, los usuarios comerciales traen consultores de TI externos. La nube prometía una adopción de software fácil según fuera necesario con una integración perfecta, pero las realidades de las necesidades comerciales que cambian rápidamente han llevado a un regreso rotundo del costoso software personalizado.
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