Sigo sin entender que ha pasado con el lateral diestro del Bilbao Athletic. Quizá no ha enamorado tanto como el curso pasado, cuando estuvo a punto de subir con el filial a Segunda, como el Amorebieta, pero solo hay que ver cómo las ha pasado el equipo para salvarse.
A pesar de todo ha sido el jugador más utilizado de la plantilla y le dejan marchar cuando había una opción de renovación automática hasta 2024. Si es por pasta es el chocolate del loro y si hay algo más, que salgan y lo expliquen. Incomprensible.
Ojalá me equivoque, pero la fuga de talento del primer equipo femenino hace peligrar su presencia entre los equipos destacados de la Liga. La marcha de Lucía García y Ainhoa Moraza, no por esperada, deja de ser un gran mazazo.
La cantera siempre responde, pero en una competición cada vez más dura y profesionalizada, cada salida no deseada se convierte en un auténtico drama. Mucha imaginación tendrá que echarle Iraia o quien le toque para salir adelante.