Karlos Arguiñano es quizá uno de los personajes más queridos del panorama español. Con sus recetas, el popular cocinero ha acompañado a muchas generaciones que han seguido, pegadas al televisor, todos los platos que ha ofrecido el chef vasco en los múltiples programas que ha presentado.
Pero, igual que todo hijo de vecino, Arguiñano también tiene un sitio por el que pierde el norte. Se trata del restaurante ‘El Convent’, situado en La Fresneda, un pueblo situado en la provincia de Teruel.
Según contaron sus propietarios, el amor del cocinero por este pequeño paraíso empezó en 2011 cuando el propio Arguiñano se encontraba en la zona para asistir a la carrera de MotoGP en el circuito de Alcañiz: “Le recomendaron que nos visitara para cenar. Antes de sentarse a la mesa ya dijo que en la próxima carrera se quedaría aquí a dormir, y a partir de entonces siempre vino. Ahora no tiene equipo, pero nos visita si viene a las carreras. […] Siempre habla con cariño de La Fresneda y ‘El Convent’“.
Tal y como se puede leer en la propia web del restaurante, ‘El Convent‘ no es sólo eso, es también un espacio para desconectar. Y es que la cocina se encuentra en un sitio inmejorable, una iglesia del siglo XVII: “Completamente acristalada, luces tenues, velas y música de fondo son el atrezzo perfecto”.