La temperatura es una magnitud escalable que está referida a la noción de calor, medible mediante un instrumento llamado termómetro. Es posible registrar la temperatura de cualquier ambiente cerrado o abierto, de cualquier objeto físico y también de cualquier cuerpo vivo.
La cantidad de energía térmica que posee un objeto indica su temperatura. Si un objeto tiene alta temperatura posee gran cantidad de energía térmica y se dirá que el objeto está caliente. Si, por el contrario, su temperatura es baja, tendrá baja cantidad de energía térmica y se dirá que el objeto está frío.
Cuando un objeto cualquiera está caliente, sus partículas están en constante vibración y movimiento ya que presenta una gran cantidad de energía, pero si un objeto está frío, sus partículas tendrán poca energía y no presentarán movimiento alguno.
La temperatura y sus particularidades
La temperatura se mide con una herramienta llamada termómetro, objeto que combina las propiedades que posee el mercurio (el elemento más utilizado en la fabricación de termómetros) así como una escala graduada que permite una lectura precisa.
Existen varias escalas con las que determinar la temperatura de cualquier objeto. El Sistema Internacional de Unidades contempla, entre otras, la escala Celsius que se expresa en °C, la escala Fahrenheit, en °F, y la escala Kelvin, en °K.
La escala más extendida y que más se utiliza es la escala Celsius y se emplea en casi todas las mediciones habituales y cotidianas. Esta escala en particular está basada en los puntos de congelación del agua, 0 °C, y en su punto de ebullición, 100 °C.
La escala Fahrenheit ubica el punto de congelación del agua en los 32 °F y el punto de ebullición en los 212 °F. Esta escala en particular es utilizada exclusivamente por los Estados Unidos de América.
Por último, la escala Kelvin es empleada usualmente en el ámbito científico y en la investigación. A esta escala se la denomina “escala absoluta”, ya que su 0 °K, o “cero absoluto”, que se encuentra en los –273,15 °K, expresa la ausencia total de calor y debido a ese extremo, implica la ausencia total de movimiento en las partículas.
Las mediciones de la temperatura son de suma importancia para la meteorología, que determina las predicciones del clima de determinada región y evidentemente también para la medicina. Gracias a su medición, se puede controlar la hipotermia, la temperatura corporal menor a 36.5 °C y la hipertermia o fiebre, la temperatura que supera los 37.5 °C.
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