Una de las grandes virtudes que adornan a Brais Méndez es su versatilidad. Desde el centro del campo hacia adelante, puede ocupar casi cualquier demarcación, siempre orientado hacia la derecha, con el fin de que pueda asociarse o disparar utilizando su pierna dominante, que, como no podía ser de otra manera en la Real contemporánea, es la zurda.
Imanol cuenta con él para distintas demarcaciones y en sistemas diversos. En su más habitual 4-3-3, las posiciones predilectas del mediapunta de Mos serían la de segundo mediapunta, en esa tercera altura perfilado a la derecha, o la de extremo por ese mismo flanco, la que han ocupado Januzaj y Portu durante las tres últimas campañas.
En el rombo, dos posiciones
En el 4-4-2 puesto en práctica en los últimos meses de competición, con rombo en el mediocampo, Brais tendría cabida en la parte derecha de la medular o en el puesto de enganche.
Más que el desborde sobre la línea de cal, su especialidad son las diagonales de fuera hacia dentro. Es el clásico futbolista que necesita relacionarse con la pelota y participar del juego. Le gusta combinar tanto en corto como en largo y es un especialista del último pase, aunque no está reñido ni mucho menos con el gol. 22 tantos en 166 partidos oficiales con el Celta no es una cifra desdeñable.
Incluso de delantero
“A mí donde más me gusta es en la posición de mediocentro ofensivo por la derecha”, apunta Rubén Albés, su entrenador en el Celta B, que le define como “un ‘8’ muy ofensivo”. Se mueve por “todo lo que sea sector derecho”. A su juicio, partiendo de ese carril puede generar mucho peligro “a través del pase, de sus controles y de su disparo”.
Carlos Hugo Bayón, responsable de la cantera del Celta, recuerda que “de mediocampo hacia adelante, quitando de delantero centro puro, Brais ha jugado en todas las demarcaciones”. Incluso apunta que en el primer equipo celeste, “jugó arriba junto a Iago Aspas en un 4-4-2, cuando faltó, por ejemplo, Santi Mina”.