Todo apuntaba a una derrota del Newcastle en su visita al Wolverhampton, hasta que Allan Saint-Maximin dijo ‘basta’. Con el tiempo reglamentario casi cumplido, el delantero francés se sacó de la chistera una genialidad que permitió a las ‘urracas’ evitar la derrota y rescatar un punto.
Fue una volea directa a la red que sin duda postulará a gol de la temporada la que realizó Saint-Maximin y que salvó a un Newcastle que encima pudo llevarse los tres puntos si la madera no hubiera repelido el cabezazo de Anderson en el descuento.
Pese a ello, fue un partido gris del cuadro de Eddie Howe. Los Wolves fueron netamente superiores hasta la aparición de Saint-Maximin, quien acabó lesionado.
Los ‘lobos’ salieron en manada a devorar a un Newcastle que venía de empatar contra el City en un partidazo y de entrada pusieron cerco a la meta defendida por Pope. Fue pasada la media hora cuando Ruben Neves logró poner a los suyos con ventaja gracias a un derechazo inapelable al palo corto (38′).
El segundo tiempo siguió el mismo patrón, con un Newcastle sin ideas mientras los Wolves iban generando peligro ante la meta rival. No subió al marcador el tanto de Raúl Jiménez a poco del final por una clarísima falta previa de Pedro Neto en el momento de recuperar el balón.
Con el escueto 1-0 el Newcastle tenía la oportunidad de rescatar un punto y no la desaprovechó. Saint-Maximin sacó a relucir su calidad y engatilló un balón llovido que supuso el empate (90′). El francés tendría una nueva oportunidad antes de lesionarse, pero más clara aún fue el cabezazo de Anderson al travesaño ya en el tiempo de descuento.
Así, la primera victoria de los Wolves deberá esperar al menos una jornada más, mientras el Newcastle sigue sin conocer la derrota.