En un mundo de escasez de alimentos provocada por el cambio climático, las proteínas a base de insectos se consideran un servicio alimentario alternativo potencial cada vez más valioso. Livin Farms ha puesto a las larvas de insectos en el centro de su propio juego de proteínas alternativas. La firma con sede en Viena produce Hive Pro, un sistema modular diseñado para automatizar el proceso de cría y procesamiento de moscas soldado negras.
Han pasado unos cuatro años desde que me reuní con la empresa en el centro de Hong Kong. En ese momento, me mostraron su kit STEM Hive Explorer para gusanos de la harina, diseñado para educar a los niños sobre el proceso de cultivo y el ciclo de vida de los escarabajos. La empresa me envió a casa con un frasco de gusanos de la harina secos por si acaso. La textura estaba bien, pero todo se habría beneficiado de más sabor.
Créditos de imagen: Granjas vivas
El Hive Pro es un sistema mucho más grande e industrializado que alimenta a las larvas con desperdicios de comida, utiliza brazos robóticos para mover las bandejas y ayudar a criar las inserciones y finalmente convertirlas en polvo. El resto de bandejas, por su parte, se utilizan como abono. Actualmente, la startup respaldada por SOSV está piloteando una granja de 1400 metros cuadrados en Austria.
Esta semana, Livin’ Farms anunció un aumento de $5,8 millones, que se suma a la financiación inicial de $3,8 millones. La Serie A estuvo dirigida por Peter Luerssen, quien señala en un comunicado de prensa: “Livin Farms tiene la misión de revolucionar el reciclaje de desechos orgánicos a través de sus fábricas de insectos modulares y automatizadas y están preparados para convertirse en un actor importante en este industria de rápido crecimiento”.
Créditos de imagen: Granjas vivas
Una vez que se supera la aprensión inicial de comer larvas de mosca en polvo, es fácil ver cómo los inversionistas están interesados en una tecnología de este tipo que efectivamente convierte los desechos de alimentos nuevamente en alimentos, a través de un proceso bastante natural.
“Con nuestra tecnología patentada y nuestros conocimientos biológicos, nuestros clientes convierten pérdidas sustanciales en desechos orgánicos en ingresos adicionales muy atractivos”, dice la fundadora y directora ejecutiva Katharina Unger. “Al mismo tiempo, nuestros clientes contribuyen enormemente a reparar el sistema alimentario defectuoso y, por lo tanto, a salvar el planeta”. Agrega en un comentario a TechCrunch, que el proceso toma alrededor de 11 días, momento en el cual las larvas “se convertirán en media tonelada de biomasa más media tonelada de fertilizante”.
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