El UCAM Murcia logró este sábado su primera victoria de la temporada al superar con claridad al Casademont Zaragoza por 64-81 gracias a un genial Thad McFadden, que en la primera mitad prácticamente decidió el partido con sus canastas increíbles ya que permitió al equipo visitante tomar una diferencia que se le hizo insalvable a su rival.
McFadden fue imparable aunque su equipo contó con la inestimable ayuda del rival porque difícilmente se podrá encontrar en muchos años atrás peor inicio de partido que el que protagonizó el conjunto aragonés en la ACB.
En unos minutos iniciales desastrosos el UCAM Murcia, con una gran defensa y un Thad MacFadden excelso (17 puntos en 7 minutos sin fallo, con 4 de 4 en triples y 18 de valoración) destrozó al conjunto maño que llegó a ir perdiendo por 18 (7-25) en el minuto 7 aunque finalmente, con la salida de la segunda unidad, comenzó a reaccionar y acabó el primer cuarto doce abajo (17-29).
La reacción tuvo su continuidad en el segundo parcial porque el conjunto de Martin Schiller subió bastantes puntos su intensidad en defensa, que comenzó a hacerle más difícil anotar a su rival, y eso le permitió llegar al tiempo de refresco con una desventaja de diez puntos, esa diferencia psicológica que siempre da esperanza al equipo que va por detrás.
Repuesto de la sorpresa el conjunto de Sito Alonso volvió a tomar el mando del juego tras el descanso y aprovechó el desacierto en los lanzamientos del equipo zaragozano (4 de 15 en tiros de campo) en estos diez minutos para evitar que la reacción local continuara, entrando en el cuarto decisivo con 14 puntos de ventaja (45-59).
Ni siquiera la mejoría local en los triples, con cuatro consecutivos al inicio del último cuarto, consiguió recortar diferencias porque el equipo pimentonero lograba anotar también, con lo que apenas se rebajaron las diferencias.
Eso permitió al equipo foráneo acabar ganando con solvencia porque las prisas finales por intentar acortar distancias hicieron que el conjunto aragonés volviera a fallar para acabar con una estadística que, como ya ocurriera tras el partido ante el Monbus Obradoiro, volvió a ser desastrosa en los lanzamientos (35 % en tiros de campo).