El primer Barça-Madrid de la semana terminó bien para el Barça. La victoria de los de Jasikevicius en la Euroliga (75-73) significa, además, la primera derrota del Real en lo que va de temporada. Hasta anoche, contaban los partidos por victorias. Pero ayer, con una afición del Palau que necesitaba quitarse el mal sabor de boca del Inter, el Barça empezó haciendo las cosas muy bien. De entrada puso un 5-0 en el marcador (resultado alegórico), gracias a un Satoransky que le sacaba un palmo al ‘Chacho’ Rodríguez y hacía con él lo que quería. De los 10 primeros puntos, 7 fueron para el base checo, que completó su mejor partido desde el regreso al Palau. El equipo local, defendiendo muy bien, atacando como equipo y dejando por fin atrás la pretemporada, estuvo por delante en el marcador durante los 40 minutos.
Por una vez, supo atacar sin obsesionarse con la intimidación de Edy Tavares y, mejor aún, supo defender al gigante caboverdiano para que tuviera un papel prácticamente irrelevante anotando sólo 6 puntos. El Barça mantuvo al Madrid siempre a una cómoda distancia gracias al gran papel del otro fichaje checo. Jan Vesely, que, con un 6 de 7 aciertos en tiros de dos, reventó el aro con mates que levantaron al público. Y cuando todo parecía ganado, con una ventaja de 17 puntos a falta de 6 minutos, tres triples blancos, una revolución de Deck que lo anotaba todo y un Laprovittola que perdió los tres últimos balones, dejó al Madrid con la última posesión para ganar el partido. Por suerte, por una vez, la mandarina de Llull no quiso entrar. Lamentable pájara final para una gran victoria.
Sergi Llull no anotó el triple que pudo dar el triunfo al Madrid