Diez años después de que un esquema de límites máximos y comercio defendido en parte por John Kerry fuera asesinado sin ceremonias por uno de sus colegas al otro lado del pasillo, el exsenador convertido en enviado climático vuelve a presentar la política como una solución al cambio climático.
¡Como idea, cap and trade no está mal! Funciona haciendo que los gobiernos limiten los niveles de contaminación y otorguen permisos limitados a los contaminadores para que descubran la mejor manera de limpiar las cosas. A menudo, la respuesta es una mejor tecnología. Otras veces, la respuesta es comprar permisos de otras empresas que han hecho un mejor trabajo en la reducción de sus emisiones. Con el tiempo, el número de permisos se reduce y los niveles de contaminación descienden.
Como política, cap and trade se ha aplicado ampliamente, en muchos casos con éxito. EE. UU. usó uno en la década de 1980 para reducir con éxito la contaminación por dióxido de azufre que estaba causando la lluvia ácida y nuevamente en la década de 2000 para reducir los niveles de óxidos de nitrógeno. La UE está utilizando actualmente uno para recortar sus emisiones de carbono, y hay algunos sistemas regionales en América del Norte.
La nueva propuesta de Kerry, como se informó por el Financial Times, espera usar cap and trade para fomentar la inversión en los sectores energéticos de los países en desarrollo. Es una política que va en la dirección correcta, aunque le faltan suficientes piezas para que me pregunte si terminará siendo un fiasco o un avance diplomático, similar al Acuerdo de París. Así es como funcionaría.
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