Se sabe que el fútbol es una herramienta que la política cuando le conviene suele exprimir. Es un fenómeno popular impactante. Es un pecado perdérselo. Y el Gobierno argentino se lo perdió… Alberto Fernández fue el primer presidente de la Nación que no logró recibir a los campeones del mundo en la Casa Rosada. La AFA, Lionel Messi y compañía le dijeron que no desde un principio y no cedieron a ningún tipo de presiones. ¿Hubo vendetta en la caravana incompleta? Nadie lo sabrá.
Lo concreto es que desde el Gobierno argentino habían activado todos los contactos y mecanismos para intentar seducir a los campeones. Pero no lo lograron. Siempre desde el Mundo Selección Argentina estuvo la convicción de no involucrarse en ninguna cuestión política. Se trata de un país dividido, partido al medio. Y en esta aventura futbolera, desde el arranque, el lema fue “Todos juntos”. Es más, apenas consagrado campeón, Nicolás Tagliafico dejó un lindo mensaje: “Espero que esto nos sirva a todos los argentinos para unirnos”.
Siempre en la Casa Rosada
En épocas de dictadura militar, los campeones de 1978 pasaron por el balcón de la Casa Rosada. En 1986, ya en democracia, Diego Maradona saludó al país desde ese mismo lugar, aunque el presidente de la Nación, Raúl Alfonsín, decidió no acompañarlo en ese sitio privilegiado para justamente no utilizar el momento a su favor. Era la fiesta del pueblo. No era la fiesta de un partido político.
“Hay muchas especulaciones. Yo soy un futbolero consumado y la verdad es que veo las cosas de otra manera. Yo sabía que los jugadores tenían un nivel de agotamiento muy grande y querían una celebración relativamente breve. Le hice saber a la AFA que si ellos querían tenían la Casa Rosada a disposición de los jugadores, pero ellos eligieron otra cosa. Si la decisión estuvo vinculada a no involucrar el fútbol con la política, me encanta estar haciendo escuela”, declaró el presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Contraataque del ministro a la AFA
Eso sí, la caravana frustrada dejó otras secuelas. Ya se había enojado el presidente de la AFA, Claudio Tapia, y había señalado a los organismos de seguridad de Nación y de Ciudad diciendo que se sentía “traicionado”. Ahora a Chiqui le salió de contraataque el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Férnandez: “Esas son las expresiones que tiene este señor, que no es precisamente un libro abierto. Dice lo que le parece y mientras que él insistía en que nosotros estábamos traicionando, Messi, De Paul y Di María ya estaban sobre el H17. Ninguno se quejó, todo lo contrario, subieron gustosamente a los helicópteros”.
Cerró el funcionario a pura ironía: “El objetivo era proteger a los jugadores, no porque fueran a hacerles daño sino porque tanta gente queriendo acercarse puede terminar en cualquier cosa. Después aparecen estos cachivaches de pacotilla (por Tapia) queriendo inventar la cuadratura del círculo. Nosotros fuimos los que tomamos las decisiones”.