El descubrimiento del espacio ha sido uno de los grandes objetivos de la humanidad. Al pensar en astronautas que hayan salido de la Tierra los primeros nombres que suelen aflorar son Yuri Gagarin, Neil Armstrong, Buzz Aldrin o el español Pedro Duque. Además de seres humanos, también ha habido animales en el espacio como la famosa perra Laika o el chimpancé Ham que han tenido mucha fama. No obstante, hay un animal no tan conocido que ahora va a obtener su reconocimiento: Félicette, la primera gata astronauta.
Gracias a las donaciones realizadas en una campaña de financiación a través de la plataforma Kickstarter, Félicette tendrá una estatua de bronce en su localidad natal en París, Francia.
La primera gata en el espacio, olvidada
Periódicos como el ‘Sunday Morning Herald’ anunciaban su regreso a la Tierra.
El 18 de octubre de 1963, Félicette se convirtió en la primera y única gata en que viajó al espacio. Fue lanzada hasta 157 kilómetros de distancia sobre la Tierra, permaneció quince minutos y regresó a la Tierra en una pequeña cápsula con paracaídas. Llegó sana y salva. En aquel entonces esta gata astronauta fue toda una sensación. Una celebridad felina. Tras su llegada a la Tierra fue sacrificada para que analizasen los efectos del espacio y la gravedad en su organismo.
Félicette fue la única de 14 gatos seleccionada por el programa espacial francés. No fue una participación voluntaria, pero contribuyó al desarrollo espacial de Francia.
Con el paso del tiempo, Félicette fue olvidada. La intención de construir una estatua de ella es homenajear e inmortalizar su aportación a la ciencia espacial. «El primer chimpanché en el espacio está enterrado en el International Space Hall of Fame. La primera perra en el espacio está inmortalizada en bronce. El primer gato no tiene nada», señala una de las frases anónimas que invitaban a donar en la campaña de financiación. De hecho, durante años se confundía a Félicette por un macho llamado Félix.
Las aportaciones para su homenaje han reunido más de 40.000 libras y Félicette tendrá una estatua que la recordará como la primera y única gata en el espacio.
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