“Me alegraría que Gerard Farrés ganara el Dakar. Si hay alguien que lo más es él”. Estas palabras las repitieron dos de sus rivales por ganar el Dakar 2023 tras la etapa 10, Oriol Mena, copiloto de Marek Goczal, y Oriol Vidal, copiloto del actual líder de la categoría de vehículos ligeros derivados de serie, Rokas Baciuska. El catalán luchaba libremente, sin ordenes de equipo, por conseguir el sueño de toda una vida. Venía de un 2022 en el que tuvo su mayor oportunidad de ganar. Lo hubiera logrado si no se hubiera parado en la última etapa, siguiendo lo que le pedía el equipo, para dejar pasar a su compañero Jones para regalarle el triunfo. Un año más tarde, le dieron la oportunidad de pelear por todo sin tener que llevar una mochila. Y él estaba cumpliendo con el reto, llegando a las últimas 4 etapas a solo 6 minutos del liderato. Pero en la etapa 11, cuando marchaba con buen ritmo y poco tiempo perdido para llegar al vivac de la etapa maratón (sin asistencia mecánica por reglamento al final de esta especial), sufrió un problema que le hizo decir adiós a sus opciones de triunfo.
Gerard llegaba hundido al campamento del ‘Empty Quarter’. Decepcionado. Frustrado. Sintiendo todo el dolor del mundo por la avería que sufrió su coche en una pieza de poco coste. Un simple ventilador se estropeó y ello inició un problema en cadena que derivó en una subida de temperatura del vehículo y una pérdida de agua. Diego Ortega, su copiloto, pudo solventar el problema a lo ‘MacGyver’ con lo que encontró y gracias a el agua que le dio un vehículo que se encontraron por la especial. Pudieron llegar a meta, pero ya conscientes de que su lucha por ganar se había terminado.
“Otra vez el Dakar te da con la mano bien abierta. Otro problema mecánico. Un ventilador que no cuesta nada se ha roto con las vibraciones, ha dejado de funcionar y ha hecho que el coche se calentara y perdiera agua”, apuntó Gerard, destrozado por dentro.
“Hemos tenido que ir parando y arrancando hasta que hemos encontrado un coche con agua, le hemos podido pedir. Diego (Ortega, su copiloto) luego ha hecho un invento que nos ha permitido llegar”, agregó, destacando la parte amarga de esta carrera, que volvió a ser cruel con sus intereses.
“Al final dejas de luchar por la victoria pero estás aquí. Si estuviésemos esperando aún al camión (de asistencia)… Ayer hablamos y ya lo decía, me puede pasar a mi o a cualquiera. Cualquier tontería que tú no controlas te deja fuera, esta carrera no perdona. Puedes estar enchufado, lo estamos, pero esto no depende de nosotros”, apuntó.
“¡Qué rabia! Es impotencia, pero esto es el Dakar, las averías forman parte de esto, el problema es cuando no las buscas tú…”, exclamó para finalizar. Gerard Farrés, que va año a año con sus proyectos, sin saber qué le deparará la vida dakariana que tanto ama pero que tanto le obliga a esforzarse, deberá esperar otro año para intentarlo de nuevo.